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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cada vez que el cine ha avanzado en cuanto al sistema de proyección, siempre se ha hecho una película para mostrar el nuevo método de exhibición.
Ahí están 'El cantor de Jazz' (1927) cuando llegó el sonoro, 'Bwana diablo de la selva' (1952) con las 3 Dimensiones, 'La túnica sagrada' (1953) con el CinemaScope al ensancharse las pantallas, 'La vuelta al mundo en 80 días' (1956) con el Todd-Ao y 'La conquista del Oeste' (1963) con el Cinerama.
Todas ellas trataron de contar historias que llamaran la atención de alguna manera y en este caso 'La conquista del Oeste' (1962) no iba a ser menos utilizando cuatro directores y otros tantos equipos para la fotografía y uno de los mayores repartos que se conocían hasta esos momentos con actores de primera categoría a la cabeza como se puede ver a poco que se repase la ficha técnica.
En este caso se ha elegido la nación norteamericana para contar un fragmento de su historia, porque toda ella sería inabarcable y tampoco son tantos los años de su existencia, en la que destacan su Guerra civil o de Secesión y la gesta de expansión y colonización hacia el Oeste a costa del exterminio de los pueblos indios.
El cine del Oeste diríamos que es el género por antonomasia y uno de los más repetidos a lo largo de la historia del séptimo arte, admitido en todas las pantallas mundiales y sus historias son conocidas por todos los espectadores de cualquier lugar.
Por ello en esta ocasión se ha elegido esta larga y majestuosa epopeya en la que el cine de Hollywood se ha propuesto reflejar en un sólo film lo más sobresaliente y significativo de esta gesta histórica.
El guion separa la historia en cuatro capítulos o episodios para los distintos equipos de rodaje dirigidos por veteranos nombres del cine norteamericano, lo que hace que en su conjunto se resienta de una cierta falta de unidad, no obstante destaca la parte tercera que está a cargo del maestro John Ford, aunque la mayoría del peso se lo carga Henry Hathaway con tres de los episodios y estando George Marshall en algunos momentos puntuales.
Tiene algunas secuencias que son realmente espectaculares, como es el caso de la de la estampida de los búfalos, la Guerra de Secesión, el ataque al tren, la fiebre del oro, la construcción del ferrocarril junto a otras que son realmente entrañables o divertidas.
En definitiva una producción ciertamente antológica y digna.
Tres Oscars: guion original, sonido y montaje. Premio de los editores norteamericanos. Laurel de oro especial. Premio NBR. Premio Fotoplay de oro.
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