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CRITICA
Por: PACO CASADO
Mucho se ha hablado últimamente del interés del director Gordon Douglas aunque no todo esté justificado, pues nos parece un director de primera fila, si consideramos que hay una fila anterior o cero en la que colocamos a los maestros.
Pero mejor diriamos que su puesto fluctua según el momento y la obra de que se trate
A Douglas hay que reconocerle que no es el señor que ha aprendido un oficio que repite como el mejor de los artesanos, no, se ve que lleva algo dentro, aunque este algo sea totalmente suyo, sino que lleva algo de sus maestros.
Por ejemplo en el caso concreto que nos ocupa, "Quince balas", hay trozos en que nos recordó las famosas montañas de John Ford y en muchos más metros de cinta no pudimos evitar recordar a Anthony Mann en "Colorado Jim", tanto por el parecido de la historia que se nos cuenta como por los lugares y la forma de contar que se nos presenta con enfoques de cámaras bajas con grisaceos cielo plomizo por fondo debido al uso de los filtros, como altas con amplías perspectivas de espacios abiertos en las inmensas llanuras del oeste.
Todo esto hace pensar en una vitalidad peculiar de las películas de Douglas, sobre todo teniendo en cuenta el momento en que esta fechada la cinta, 1958, y estamos seguros que este "algo" que se adivina, que se intuye en sus películas, y concretamente en las del género del Oeste, que no tenemos claro en estos momentos, podremos concretarlo cuando veamos su última realización llegada a España y que se anuncia próximamente, "Río Conchos".
Quizá entonces podamos saber si es algo que le viene de fuera, de las influencias a que antes hemos aludido o que le sale de dentro.
El guion es aceptable en líneas generales así como la fotografía.
Notable la partitura musical, en algunos momentos al igual que la dirección.
De los actores, de segunda fila, no saca todo el partido posible.
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