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CRITICA
Por: PACO CASADO
Paul Mazursky suele sacar el argumento de sus películas de la simple observación de la realidad que le rodea, por eso no es nada extraño que en casi todas ellas haya un personaje en crisis que al final cambiará sus esquemas si se le resuelven los problemas.
Con 'El pepinillo' (1993) no ha hecho más que repetir el esquema. Aquí es un director que un día acepta hacer un film comercial, de ciencia ficción para jóvenes, del que está arrepentido y ve acercarse el día del estreno, lo que puede significar el hundimiento definitivo. Ante su desesperación se dedica a visitar a su madre, a sus dos ex-esposas, conocidos, etc. como paño de lágrimas que le sirvan de consuelo.
Hasta aquí, y en teoría, el planteamiento de la cinta es correcto.
Pero, ¿donde se ha equivocado Mazursky, para que no funcione?. Posiblemente en la elección de la temática, que nos queda un poco distante, ya que no conocemos muy bien los intrincados caminos que pueden llevar al éxito o al fracaso a un director de cine; en el planteamiento dramático del tema, en el ritmo lento dado al film, en la propia película que va dentro de la película, de extraño título poco comercial, en fin, toda una serie de errores que encadenados dan el resultado final de esta cinta, poco atractiva, a pesar del estupendo reparto que posee, la música de Michel Legrand, etc.
Otra vez será.
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