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CRITICA
Por: PACO CASADO
El hecho que de que el mapa político esté cambiando, que las variaciones estructurales en los enfrentamientos entre los dos grandes bloques haya dado un giro de 180 grados, no cabe duda que va a hacer cambiar, y d ehecho ya está influyendo poderosamente, en un género tanto literario como cinematográfico, como es la producción de argumentos de espionajes.
La verdad es que estos hombres se están quedando sin trabajo, a nivel político, porque algunos se dedican ya al espionaje industrial, que tal vez sea menos arriesgado, pero posíblemente sí más productivo.
Precísamente a eso se dedica el héroe de esta historia cuando es llamado de nuevo por la CIA para hacer un intercambio de un espía soviético por un aviador derribado en aquel territorio, más dos millones de dólares.
Esta es la sencilla operación que se le propone, pero habrá algo más debajo de este simple intercambio de espías, con dinero del narcotráfico, ajuste de cuentas, corrupción al más alto nivel y alguna cosa más que supondrán una sorpresa y la emoción en este devaluado género de espías, donde ya no son los americanos buenos y los malísimos rusos, sino que incluso la KGB y la CIA colaboran, como llegan a hacerlo por su propia supervivencia los dos protagonistas principales que terminan convirtiendose en compañeros de negocios como alude el título original del film.
El guion no ofrece ninguna gran novedad en el desarrollo de la historia, con los convencionalismos propios del género e incluso con un final que rehusa la espectacularidad que no deja demasiado satisfecho al espectador medio.
Por lo demás corrección a todos los niveles, dirección, interpretación, música, etc.
En definitiva, una entretenida película agradable de ver, sobre todo si gusta del cine de acción y espionaje.
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