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CRITICA
Por: PACO CASADO
No cabe la menor duda que la ampliación de la pantalla llegada con el descubrimiento del sistema CinemaScope, sería una desenfrenada carrera por hacer cada vez mayores los límites del blanco lienzo de plata hasta llegar a la actualidad a las gigantescas pantallas del Todd-Ao.
Tampoco hay que poner en tela de juicio que esto fue un truco más del séptimo arte para atraer la atención de los espectadores y hacer que así acudieran a las salas de proyección.
Parte del éxito logrado por 'La túnica sagrada' (1953) se debió principalmente a esto, hasta el punto de que por esta novedad produjo sólo en los Estados Unidos la fabulosa suma de 19 millones de dólares, una cifra interesante para esa época.
Junto a ésto, un atractivo añadido era el de la estereofonía y una mayor perfección acústica en las salas que dabqa un mayore relieve y brillantez a la proyección.
Es esta película una simple trasposición, más o menos acertada, de la famosa novela de Lloyd C. Douglas convertida en un brillante espectáculo, ya que otra cosa no posee este film.
Eso era simplemente lo que se pretendilla para así poder hacer frente y poder luchar contra la llegada de la televisión que empezaba a hacer algo de daño al cine.
Su puesta en escena es ciertamente brillante, como hemos dicho, con u gran presupuesto, grandes decorados, un notable reparto, por los resultados obtenidos son los de una mediocre cinta, con algunos baches de interés hacia la mitad de la misma, posiblemente debido a su extensa duración y a la artesana dirección de Henry Koster.
La interpretación es correcta en los principales actores, si exceptuamos al gesticulante Victor Mature en el papel del gladiador Demetrius, quien después continuaría en la segunda parte como figura central en 'Demetrius y los gladiadores' (1954).
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