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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hay películas que, ya lo hemos dicho muchas veces, no concebimos cómo se pueden importar a nuestro país, cuando ni las mismas distribuidoras confían lo más mínimo en ellas, ya que apenas hacen una docena de copias para toda la geografía de salas a nivel nacional.
El hecho se confirma cuando, por obligación, tenemos que contemplarlas y son unos auténticos fracasos comerciales.
No creemos que sea más que una imposición de la central correspondiente que tras haberse gastado el dinero en bodrios tan impresionantes, han de rentabilizarlos de la manera que sea y una de ella es estrenarla en salas comerciales para que se conozcan y después rápidamente pasarlas a vídeo, que algún ingenuo no avisado la alquilará para verla.
Este film es la estupidez más grande que hemos visto en muchísimo tiempo.
Tom Green, que debe hacer mucha gracia en Estados Unidos, porque lo que es aquí no, se atreve a dirigir, co-escribir e interpretar algo que parece es parte de su biografía, que realmente a nadie le interesa, ya que las situaciones son de lo más absurdas que se puedan concebir y se suceden sin parar, amén de que algunas de ellas son bastante groseras.
Cualquier parecido con una película es pura coincidencia.
Lo mejor es su corta duración y alguna que otra canción de la banda sonora.
¡Ah! seguimos sin explicarnos el título, ya que el protagonista se llama Gord y no Freddy, que es su hermano menor y el pobre es de lo más normal.
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