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CRITICA
Por: PACO CASADO
La filmografía del director André Téchiné no se ha prodigado demasiado en las pantallas de nuestro país.
La pasada temporada nos sorprendió con una interesante película titulada 'Los juncos salvajes' (1994).
Ahora nos llega 'Los ladrones' (1996), su última producción, de momento, con un tratamiento distinto, con una inteligente trama que es capaz de mezclar varios temas, como es el drama del pequeño Justin cuyo padre ha muerto y su mayores le ocultan los motivos de su fallecimiento, junto con el de una banda de ladrones de coches y finalmente un triángulo amoroso a tres bandas entre Alex un policía, Juliette Fontana una joven ladrona y estos a su vez con Marie Leblanc una madura profesora de filosofía, que está anemorada de Juliette.
Este elaborado guion no mezcla las acciones, sino que las cuenta a retazos y dando protagonismo narrativo a cada una de las personas principales que intervienen en la historia, exponiendo su parte desde su particular punto de vista.
Es por ello por lo que las narraciones no llevan un orden cronológico pero sorprendentemente se complementan de forma muy original y están perfectamente hilvanadas.
Las conclusiones que de estas relaciones se desprenden son ciertamente interesantes.
El lesbianismo de las dos mujeres, las relaciones amorosas no demasiado lícitas entre el policía y la joven delincuente, al tiempo que también el amor que este hombre siente por la profesora.
En lo que menos profundiza el guion es en la parte de la banda de ladrones de coches, posiblemente porque no le interesa o para que simplemente le dé un tono de thriller policiaco de fondo que justifique el asesinato del jefe, hermano a su vez del policía, y padre del niño, que desconoce que murió en un tiroteo porque era un ladrón.
A todo este original juego se une una elegante puesta en escena y un desarrollo excelente del guion, ilustrado con un buen duelo interpretativo de los tres principales protagonistas del triángulo, tanto en la profesora de filosofía que interpreta Catherine Deneuve, como en el solitario y vulnerable policía que hace un cada vez más maduro Daniel Auteuil o la revelación, al menos para nosotros, de Laurence Côte en la independiente joven delincuente.
La guinda de este curioso e interesante pastel la pone la selección musical, que alcanza su parte más alta con el fragmento de La flauta mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart.
Premio Michel Simon al mejor actor para Benoit Magimel en los premios L'Écran. César a Laurence Cöte. Premio NBR.
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