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CRITICA
Por: PACO CASADO
Presentada en una sección paralela en el pasado Festival de cine de San Sebastián y posteriormente como clausura en el de cine iberoamericano de Huelva, donde la vimos, 'Felpudo maldito' (1994) es la tercera película de la realizadora francesa Josiane Balasko.
Aquí aborda el tema de la homosexualidad femenina, el lesbianismo, de una forma abierta, alegre, sincera, sin tapujos ni falsas componendas, a través de una historia sencilla protagonizada por Loli, una ingenua pero temperamental maruja española, casada con un francés algo conquistador, y con dos hijos.
Todo marcha bien mientras Loli no es consciente de las conquistas amorosas de su frívolo marido, pero cuando esto ocurre y tiene la menor ocasión de vengarse, se enamora de una camionera que aparece por su puerta.
Esta ama de casa invita a la camionera, que es lesbiana itinerante, a mudarse con ella y a partir de ahí ninguna de sus vidas volverán a ser la misma.
De esta forma encuentra otra vía alternativa al amor y lleva a cabo su propósito, de recuperar a un tiempo a su esposo, con este inusual e insólito triángulo.
El film ha sido todo un acierto comercial y un éxito de público en Francia, y tal vez por ello haya sido elegido para representar a su país en la próxima entrega de los preciados Oscars de Hollywood.
Está entre los nominados a los Globos de Oro, lo cual es buen síntoma para llegar al objetivo máximo, y también lo ha sido para los César del cine francés a la mejor cinta del año.
Posiblemente su logro esté en la frescura, vitalidad y humorismo con que aborda un tema tabú como el lesbianismo y para ello nada mejor que en forma de comedia cómica, divertida, que si bien en muchos momentos roza lo increíble, eso hace que el espectador se ría mucho más si cabe.
Esto no quita para que de vez en cuando nos haga reflexionar sobre otros temas más serios e importantes.
A su directora Josiane Balasko le gusta definirla como "una comedia de sentimientos" y lleva mucha parte de razón, porque eso es lo que sabe poner en su interpretación una actriz tan extrovertida como la hispana Victoria Abril que no por pequeña es menos temperamental, haciendo valer la ascendencia de la española Loli, logrando imponer su personaje, y su personalidad como intérprete, bañando la película con su presencia que cubre toda la pantalla.
Apenas si deja hueco para el correcto trabajo de Josiane Balasko, Alain Chabat o la colaboración de otro español, Miguel Bosé.
Un film sumamente divertido.
Finalmente logró el César mejor guion. Premio del público en el Festival de Palm Spings. Premio Lumiere al mejor guion.
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