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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine es, ante todo, un medio de reproducir la realidad mediante la imagen en movimiento y con él nace un arte nuevo, el séptimo, pero también puede ser un aporte de belleza.
Walter Lang carga con la responsabilidad de verter al cine la opereta de Rodgers y Hammerstein II, basada en la novela de Margaret Landon.
Esta película se basa en la opereta que Rodgers y Hammerstein II hicieron para los escenarios de Broadway, con un éxito notable pero los precedentes están en los diarios o memorias de la institutriz británica Ana Leonowens que escribió sobre la educación de los hijos del rey de Siam para lo que fue contratada, que a su vez se transformó en una novela que escribió Margaret Landon sobre el tema.
Posteriormente se rodó un film, 'Ana y el rey de Siam' (1946), dirigido por John Cromwell, con Irene Dunne, Rex Harrison, Lee J. Cobb y Linda Darnell.
Walter Lang se planteó si hacer una cinta completamente nueva con respecto a la anterior, jugando con las posibilidades que tiene el cine o ceñirse a la opereta teatral.
Dispuso de todos los recursos del cine de primera categoría y no vaciló en considerarla como una gran película aunque no sea una joya cinematográfica: interpretación, color, luz, decorados, música y diálogos, todos de gran calidad por lo que el resultado fue tan bueno como la tenía los elementos elegidos y puestos a su disposición.
Hay otra razón para que sea una obra importante y es que se trata del fondo estético que tiene desde que nació como memorias de la institutriz Ana Leonowens que en 1862 fue contratada por el rey de Siam para educar a sus hijos.
Debido a ello se produjo el choque de dos civilizaciones que fue plasmado luego en la novela de Margaret Landon y después en el film que sobre ella se hizo en el año 1946, posteriormente se creó la opereta y ahora esta nueva versión.
Tanto trasvase de un medio a otro le ha hecho perder un poco de fuerza al relato original, pero al mismo tiempo lo ha decantado purificándolo de elementos extraños y esterilizándolo, dándole así el aspecto de una leyenda mítica sobre el terrible choque de dos pueblos tan diferentes como Estados Unidos y el Siam del siglo XIX.
Yul Brynner, que también lo interpretó en la opereta en los escenarios teatrales, llegó a hacer 4.625 representaciones, a lo largo de treinta años, por lo que llevó colgado el personaje toda su vida.
La Academia del cine de Hollywood premió la cinta con cinco Oscar: a Yul Brynner, la adaptación musical, el lujoso vestuario, el decorado y el sonido. Globo de oro a la mejor comedia musical y a Deborah Kerr. Premio NBR a la cinta y a Yul Brynner. Premio de los escritores americanos. Premio OFTA.
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