|
CRITICA
Por: PACO CASADO
La obra de Alan Parker, director británico, se ha desarrollado hasta ahora entre música y drama.
Tras comenzar con una película infantil, "Bugsy Malone", que también tenía canciones, como "Fama" y "El muro", las otras, las dramáticas han sido "El expreso de medianoche", "Shoot the moon" y ahora "Birdy", que tras conseguir el premio especial del jurado en el pasado Festival de Cannes, nos trae la historia sincera de una amistad surgida entre dos jóvenes. Uno de ellos dicharachero, simpático, abierto, mujeriego, mientras que su amigo es todo lo contrario, instrospectivo y encerrado en sí mismo.
Ambos se complementan. Y tanto Al, como Birdy, sufrirán los horrores de la guerra, en este caso del Vietnam que nos coge más cerca.
Birdy se encierra en un autismo enfermizo que le lleva a un hospital donde están a punto de desahuciarlo o internarlo en un manicomio como irrecuperable. Tan solo Al será capaz de sacarlo de su mutismo, de sus sueños de infancia de convertirse algún día en pájaro, como sus amigos a los que tanto ama y de los que trata de aprender sus secretos e incluso emularlo como si de un ícaro se tratara, intentando volar con unas alas por él fabricadas.
La película, o mejor, la novela, ofrecía sus dificultades para ser llevada a la pantalla, que han salvado con acierto los guionistas y que decidieron a Alan Parker para intentarlo.
Por su parte con gran sensibilidad ha salvado los escollos restantes, dándole el ritmo adecuado, y eligiendo y dirigiendo con acierto a los jóvenes actores para poner en imágenes esta fábula sobre los límites del hombre y su libertad comparándola con los pájaros.
Cinta a pesar de ello difícil por los constantes flash-backs, con buena música e interpretación.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE