|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Discípulo de Alfred Hitchcock se confiesa Brian de Palma, director con el que tomamos contacto por vez primera con este film que, ciertamente, tiene algunos puntos de contacto con el maestro del suspense.
En primer lugar por su tema, pleno de suspense, con crímenes por doquier y con una buena dosis de verismo en plasmación en imágenes de algunos de los asesinatos que, ciertamente, impresionan.
En segundo lugar, porque dentro del sadismo de sus imágenes, éstas posee, a veces, cierta ironía y alguna nota cómica, aunque no muchas, como es frecuente que introduzca Hitchcock en sus películas, autor humorista por excelencia con el más fino y delicado humor inglés como lo denota su procedencia británica.
En tercer lugar, porque en su intento en asemejarse al maestro, ha elegido la colaboración del músico Bernard Herrmann, autor de algunas de las partituras de los films más famosos de Hitchcock.
Pero todo ello no hace que el producto sea redondo y perfecto, a pesar de contar con un argumento del que se podía haber obtenido un mejor partido.
Le falta un poco de más ingenio, de redondez en su realización, a pesar de que en algunos momentos se nota su pulso firme a la hora de dirigir, y también complica tal vez en exceso la cosa cuando posiblemente no fuera necesario para obtener los resultados que se deseaban.
Buen trabajo en general de los actores a pesar de no ser conocidos y empleo del color y la música.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE