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CRITICA
Por: PACO CASADO
Jean-Paul Belmondo sigue pretendiendo estar en el candelero del cine francés y continuar siendo uno de los más comerciales, al par que pretende ahora también conquistar el cine americano, si es posible.
Sus historias mezclan la acción, la aventura y hasta la comicidad en ocasiones.
Esta vez ha elegido una novela que tiene un tema interesante, el asalto al banco de Montreal que tiene fama de ser inexpugnable y una sola puerta para salir. Allí se encierra con treinta y dos rehenes y todo un ejército en la puerta para atraparle... pero consigue su hazaña, como era de esperar.
El cine que hace Belmondo es eminentemente comercial y en ese sentido no engaña a nadie.
En esta película ha elegido a un joven director que pone un poco de más inquietud en la realización, mueve mejor la cámara, trata de dotar a la película de cierto ritmo, aunque no en todas las ocasiones lo logre, pero al menos lo intenta.
Como era de esperar no pueden faltar las persecuciones y carreras, lo espectacular en el destrozo de coches y estos cada vez más grandes, utilizando un mortal duelo entre un trailer y un autobús de escolares en una de las persecuciones.
El amor y la amistad también están presentes, a través de un compinche y una azafata cómplice de este original atracador que lleva a cabo su robo de dos millones y medio de dólares vestido de payaso, burlando a un cascarrabias inspector de policía y a muchos más.
Cine de humor y aventuras correctamente realizado con un Belmondo constantemente en pantalla, algo más viejo, pero igualmente atlético y en forma, ayudado por el resto de los actores.
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