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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es esta la primera vez que Burt Reynols apuesta por él. Nos referimos a que no es la primera vez que se pone detrás de una cámara para dirigir, ni produce sus películas que también al mismo tiempo las interpreta.
Ya lo hizo anteriormente con "Cator, el invencible", y con "De miedo también se muere", dos cintas que pasaron sin pena ni gloria, como mucho nos tememos que va a pasar ésta aunque a priori tenga más atractivos, ya que tiene como cabecera de cartel a un plantel de lujo, encabezado por el propio Reynolds que, queramos o no, sigue siendo un actor taquillero en su país aunque aquí no lo sea tanto.
A su lado la atractiva Candice Bergen, un buen comediante como George Segal, que quizás exagera aquí un poco la nota, pero que está simpático y un buen actor como lo es el veterano Charles Durning, aunque lo hayan escondido en esta ocasión bajo una ridícula peluca.
La historia no difiere en mucho de otras del mismo género. El protagonista sale tras cumplir siete años de cárcel y pronto se mete en un lío en el que matan a su mejor amigo.
Tiene una hija en un colegio, a la que promete no volver a las andadas. Y entre tanto entra al servicio de un millonario y excéntrico director de cine, mientras planea la venganza del amigo.
La cinta transcurre entre escenas de violencia y otras tantas de comedia, de la que se encarga Burt Reynolds, que acierta más en este apartado que en hacer de duro.
En definitiva un producto correcto y apto para entretener.
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