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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine francés, con la nueva ola, trataba de asemejarse al americano y es ahora éste el que le está devolviendo la moneda copiando sistemáticamente guiones que en su día fueron llevados por el cine galo.
Sin mucho esfuerzo de memoria podemos recordar "Aquí un amigo", "Mis problemas con las mujeres", "Sin aliento" y "Las mujer de rojo", todas ellas sacadas de películas francesas.
Y ahora le toca el turno a "El gran rubio con un zapato negro", que se ha convertido en "El hombre con un zapato rojo".
Un coche cargado de droga es descubierto y pone en peligro la honradez de un político norteamericano, por lo que decide elegir a un cualquiera para despistar y hacer recaer sobre él las sospechas.
La víctima es un joven despistado músico que se ha equivocado de botines y se ha puesto uno de cada color.
Toda la trama está encaminada a probar su culpabilidad, mientras suceden una serie de accidentes y muertes, que provocan la comicidad en el público.
El guion, con ligeras variantes, que fundamentalmente residen en que han cambiado los escenarios y se ha modernizado los métodos muy a la americana, es más o menos el mismo que escribiera Francis Veber y que llevara a cabo Yves Robert como director dirigiendo a Pierre Richard que hacía del rubio con el zapato rojo.
La trama es superficial y encaminada al mero entretenimiento.
Stan Dragoti, que ya hiciera algunas comedias con anterioridad, dirige con soltura y oficio esta discreta comedia apta para pasar el rato entretenido sin complicaciones.
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