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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta es una historia real de disidencia pacífica y muy humana, en la que se cuenta la vida de Manolo Vital (1923/2010), un emigrante que llegó desde su tierra extremeña a las inmediaciones de Barcelona, con una serie de compañeros, entre ellos también andaluces, que fueron expulsados de su tierra en el año 1936, y tras ser fusilado su padre por la Falange en su presencia.
Allí cada noche tratan de construir sus viviendas y por la mañana, al no estar techadas, según la ley pueden ser destruidas por la policía.
Hasta que deciden que todos ayudarían a construir una para quedar terminada antes del amanecer y así quedar en pie.
De esa forma edificaron con sus propias manos el barrio de Torre Baró, situado en la ladera de una montaña, un lugar que desconocían que existía muchos barceloneses, al estar dejado de la mano de Dios por el ayuntamiento, al que no les llega el agua corriente y son frecuentes los cortes de la electricidad.
Con el tiempo Manolo Vital consiguió entrar en la plantilla de autobuses urbanos conduciendo el número 47.
Se ocupó de muchas cosas del barrio e incluso trató de que alguna línea de autobuses llegara hasta allí, pero el ayuntamiento decía que no era posible que un autobús pudiera entrar por allí, hasta que un día Manolo secuestró el de su línea 47 y demostró que sí era posible.
Fue arrestado por la policía, pero finalmente consiguió su objetivo en 1978.
De esa forma Manolo Vital contribuyó a crear la Barcelona moderna durante el auge de la ciudad ya en los años sesenta y setenta y posteriormente con la llegada de la democracia.
La cinta hace una defensa de la clase obrera y de los emigrantes que no piden más que una forma de poder vivir decentemente, con dignidad y humanamente como los demás ciudadanos, y que no haya diferencias por habitar los humildes barrios extremos de la ciudad, ya que de alguna forma contribuyen y también ayudan al desarrollo social y cultural de la misma.
Es también un homenaje a este hombre que luchó por sus derechos.
Lo primero que salta a los ojos del espectador es el formidable trabajo que hace el veterano protagonista Eduard Fernández, con un aspecto casi desconocido en lo físico con respecto a otros papeles anteriores de este mismo actor.
En cuanto a la dirección y puesta en escena el barcelonés Marcel Barrena, del que recodarán anteriores títulos suyos como '100 metros' (2016) y sobre todo 'Mediterráneo' (2021).
Nos llega ahora este quinto título de su filmografía 'El 47' (2024), a nuestro entender el mejor de los realizados hasta ahora, en el que pone interés en cuanto a la planificación y cuidado de los actores que protagonizan escenas costumbristas que ambientan la historia y el movimiento vecinal.
Para nuestro gusto la trama está un poco alargada y hay que advertir, de cara al gran público, que una buena parte está hablada en catalán y consecuentemente subtitulada en español.
A pesar de que el título de El 47 no dice nada, sin embargo está siendo bien acogida por el público en general.
En definitiva un relato de denuncia cargado de buenas intenciones.
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