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CRITICA
Por: PACO CASADO
Neil Simon es un escritor de comedias que suele estrenar con frecuencia en Broadway, lo que supone que cada nuevo éxito es vertido rápidamente a las pantallas de cine, pero casi nunca con la misma fortuna que en el teatro.
Aquí emplea una vieja fórmula, muy similar a la de Agatha Christie en Diez negritos.
El dueño de una gran mansión invita a cenar a los más famosos detectives del mundo y les desafía a descubrir un crimen que se va a cometer en su presencia durante la comida.
La película tiene el interés de la intriga policiaca pero el asunto se ha tomado un poco a broma caricaturizando a cada uno de los personajes, en los que se pueden adivinar otros tantos célebres detectives de la literatura negra.
Está correctamente realizada y tiene aciertos parciales que mantienen el interés del espectador, aunque exija de él que esté muy atento a cada uno de los detalles donde pueda estar la clave del misterio.
Los gags se suceden continuamente por lo que la risa alivia la tensión y el misterio.
El buen plantel de actores que posee colabora eficazmente desde el comienzo.
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