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CRITICA
Por: PACO CASADO
El novelista de Amor sin fin y guionista de varias películas más, Scott Spencer, nos cuenta ahora en esta nueva producción sobre una familia muy particular, las andanzas de un padre que tras fallecer su esposa deja en adopción a sus dos hijos a una entidad pública.
Cuando está a punto de dar el golpe de su vida, se le presentan ambos, fugados del orfelinato y poniendo de manifiesto los malos tratos de que allí son objeto.
El hecho de haber raptado a sus propios hijos le pone tras sus talones a la policía de varios Estados.
Con este móvil ya tenemos una excusa para hacer un film de carretera y persecuciones un tanto peculiar, al no ser sus protagonistas los habituales de esta clase de cintas sino un padre y dos hijos adolescentes.
Sirve también de pretexto al director para ensayar una serie de secuencia de acción y para que en el tiempo en que están juntos padre e hijos tengan oportunidad de ir conociéndose.
Película bastante floja, que se hace reiterativa en algunos momentos, con un actor con pocos recursos como Patrick Swayze, que se hizo famoso por dos títulos fundamentalmente, 'Dirty Dancing' (1987) y 'Ghost (Más allá del amor)' (1990), que se ve superado, a pesar de su nula experiencia, por la adolescente que hace de su hija, Sabrina Lloyd, una chica que aunque tiene aún pocos años demuestra tener carácter.
Darrel James Roodt se limita a ilustrar las acciones del guion más que a dirigir.
Film para pasar el rato si no se le exige mucho.
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