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CRITICA
Por: PACO CASADO
A los que no nos gusta el cine que hace el actor belga Jean-Claude Van Damme se nos castiga ahora soportándolo por partida doble, ya que en esta ocasión, como en dos películas anteriores, 'Doble impacto' y 'Al límite del riego', en donde hacía de gemelos, tiene dos papeles.
En el primer caso de un sádico asesino en serie que ha elegido a un despechado policía como su confidente de cada crimen que comete. Y en segundo lugar del replicante que sacan del ADN del asesino para que conduzca al policía hasta él.
Aún admitiendo la fantasía que nos ofrece este argumento de ciencia-ficción, los guionista podían haberlo hecho al menos más convincente, ya que la premisa de la que parten cae por su peso.
Se supone que la réplica debe ser igual al original, no sólo físicamente, sino también con la misma capacidad intelectual. Pero en este caso ha de aprender todo, desde andar a sentarse e incluso a hablar y con tan semejante momio, que más bien parece un retrasado mental, se quiere dar caza al astuto criminal.
Después ya aprende rápidamente y aunque un poco tonto sabe las técnicas de las artes marciales y es capaz de enfrentarse a su oponente y vencerlo, lógicamente, pues al contrario no habría caso.
Con tan estúpido guion se hace este film en el que lo único interesante es Michael Rooker, curiosamente el psicópata criminal de Henry, retrato de un asesino, aquí en un descreído policía.
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