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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine cubano muestra una vez más su buen hacer fílmico con esta biografía, más personal que histórica, de uno de sus grandes hombres que luchó por la liberación de Cuba del gobierno español en la isla: José Julián Martí y Pérez (1853/1895), que fue un gran político, pensador, filósofo, poeta y periodista, fundador del Partido Revolucionario Cubano y promotor de la guerra del 95.
Esta película, perteneciente a la serie televisiva Los libertadores, realizada para TVE por Fernando Pérez, se divide en cuatro partes que van tituladas con las siguientes palabras: abejas, arias, cumpleaños y rejas, como si fueran los capítulos de una novela o de una serie de televisión.
Desde niño, en la escuela, se va modelando el carácter subversivo de Martí, a pesar de que su padre es totalmente contrario a sus ideas revolucionarias y al que se enfrenta en más de una ocasión, entre otras por no dejarle estudiar poniéndole a trabajar desde muy joven a su lado, dada a su buena letra, y del que no obstante aprendió el sentido de la justicia.
Él pone en valor la experiencia viva de la solidaridad, la libertad y la justicia así como la situación social de la esclavitud y del poder abusivo de las clases sociales altas, de la corrupción política, de la injusticia y sobre todo su espíritu de independencia, que reivindica a través de las diversas publicaciones en las que escribe.
El film representa su infancia, adolescencia y juventud hasta acabar en la cárcel por oponerse al régimen imperante, que no era otro que el español, por lo que fue condenado a prisión y a realizar trabajos forzados.
Terminó siendo indultado, gracias a la petición de clemencia de su madre, argumentando sus pocos años, y fue deportado a Madrid donde terminó sus días, muriendo en 1.895.
Cinta de una extraordinaria factura técnica, con un excelente poder descriptivo de las imágenes a través de la estupenda fotografía de Raúl Pérez Ureta y de la interesante partitura musical de Edesio Alejandro, así como una espléndida ambientación e igualmente la notable dirección del director cubano Fernando Pérez, autor de películas como 'La vida es silbar' (1998) o el documental 'Suite Habana' (2003), entre los títulos más conocidos y premiados de su filmografía.
Destaca también la labor de los principales actores de los que los cubanos suelen hacer buen uso.
Ganó los Premios Coral a la dirección y Decorados en el Festival de La Habana. Y el 2º premio del público en el Festival de Lima. Premio ACE a la dirección. Ariel de plata a la mejor película Iberoamericana.
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