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CRITICA
Por: PACO CASADO
'El hombre del brazo de oro' (1955) es una obra clave en la filmografía del gran director vienés Otto Preminger, que a partir de aquí su estilo, su forma de hacer cine, cambia su manera de ver los problemas, de plantearles una solución.
Así es donde inicia el camino de la solidificación, del asentamiento como uno de los hombres más importantes de la industria del cine de Hollywood, al que se le podían encargar, poco después, obras de una mayor envergadura, no sólo por el gigantismo de sus presupuestos, sino también por la ideología y por lo que nos quiere comunicar e igualmente por la contextura de su realización.
Ésta película conserva aún el sabor de la primera época, aquella que tiene el tono policiaco del estilo de 'Laura' (1944).
Pero en este caso no pierde su frialdad característica, su distanciamiento del problema hasta el punto que parece que no participa en él, que quiere mostrarlo sin contagiarse, ni hacerse partícipe.
Con este film Preminger volvía a desafiar al Código Hays, como ya lo había hecho con 'Luna azul' (1955) narrando con toda crudeza la agonía existencial del personaje, desde una óptica moral, por salir del infierno y la degradacion que le conducia a la enfermedad
Se podría definir 'El hombre del brazo de oro' (1955) como la cinta que más se acerca a lo que acabamos de apuntar.
Es la lucha de Frankie Machine, un hábil traficante de tarjetas de crédito y adicto a la heroina, un hombre contra su destino, un drogadicto que debe enfrentarse a su verdadero yo para dejar su adicción a las drogas, marcado por una sombra fatal.
Cuando regresa de la cárcel lucha por encontrar un medio de vida, evitar volver a prisión y caer de nuevo en la adicción.
Tras seis meses en una institución curándose de la intoxicación producida por el consumo de drogas, regresa a su barrio en los bajos fondos de Chicago en 1950, e intenta entrar en una orqueta de jazz sin lograrlo.
No recibe ayuda de su esposa paralítica con la cabeza perdida.
Pero tras tratar de alejarse de la droga se ve saboteado por el entorno al no lograr trabajo en una oruqesta, se ve obligado a repartir cartas en timbas ilegales en los garitos de juego.
Una muchcha llamada Molly, que siempre ha estado enamorada de él, tratará de ayudarle, todo lo contrario que hace sju esposa.
Es casi una película neorrealista norteamericana, que nos narra un trozo de la vida de este hombre, de unos días fundamentales para tomar una decisión firme que cambie el rumbo de su vida, en los que era más necesaria que nunca una decisión firme y viril para cambiar su rumbo en esta tierra.
Otto Preminger cuenta con su equipo habitual, sobre todo con el fotógrafo Sam Leavitt, que consigue una espléndida fotografía en blanco y negro que se hace notar, tra haber pasado diez años desde su realización a su estreno en España.
Buena música de Elmer Bernstein y en los títulos de créditos no podía falta el nombre de Saul Bass.
Formidable la interpretación de Frank Sinatra en el papel de un drogadicto, un buen trabajo de Eleanor Parker y más flojo el de Kim Novak.
Es uno de los primeros y mejores documentos de denuncia sobre el mundo de las drogas.
Tres nominaciones al Oscar: para Frank Sinatra, los decorados y la excelente música de Elmer Bernstein, una de las primeras bandas sonoras compuestas íntegramente por partituras de música de jazz. Laurel de oro para Frank Sinatra. Premio NBR.
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