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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hay directores inteligentes que tras comenzar haciendo serie B llegan a ser importantes. Hay otros con suerte que sin tener esa valía son situados en lugar de privilegio por la crítica o por el público que los convierte en realizadores de culto.
Este último caso bien puede ser el de David Cronenberg que sin hacer grandes cosas tiene legión de seguidores que alaban sus producciones, como ocurrió con su anterior película 'Crash', que era una auténtica tomadura de pelo. Tras los problemas con la censura con ese film ha elegido un tema menos conflictivo.
En esta ocasión sucede algo parecido. Si en Videodrome hablaba de la dependencia de la tv., en esta ocasión repite el tema y nos advierte de lo mismo pero con los videojuegos.
Allegra, una diseñadora del videojuego llamado eXistenZ, es perseguida por unos fanáticos de la realidad que quieren aniquilarla, ya que éste hace confundir los inexistentes límites entre sueño y realidad, entre el mundo real y el virtual. En su huida es ayudada por un vigilante muy a su pesar.
Ese mismo truco es el que emplea el director para contarnos esa historia en la que nunca se sabe en qué plano se sitúa la narración, si los protagonistas juegan o están en el mundo real.
Dispone del mayor presupuesto hasta ahora (30 millones de dólares) para introducirnos en un mundo indeterminado y futurista, en una sociedad dominada por los diseñadores de juegos por ordenador. Los jugadores se interconectan a una consola fabricada de óvulos de reptiles, cartílagos y carne traslúcida mediante una especie de cordón umbilical a la médula espinal en un agujero hecho en la parte baja de la espalda, recibiendo así las órdenes y los impulsos de la vaina lo que les convierte en lo que se podría llamar biovideojuegos que hace difícil distinguir la realidad de sus representaciones visuales.
De esta forma se da entrada de forma gratuita una vez más a la sangre, bichos repulsivos y una casquería bastante desagradable que no es precisamente virtual.
Una discreta interpretación de Jennifer Jason Leigh a quien da una modesta réplica Jude Law y en episódicos papeles estupendos secundarios como Ian Holm y Willem Dafoe.
Cinta que ya fue acogida con diversidad de opiniones en el pasado Festival de Berlín donde obtuvo el Premio especial del Jurado, es sólo para adeptos al director y a este género.
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