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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hacía cinco años que el director Franco Zeffirelli no se ponía detrás de las cámaras.
La última película que le recordamos es 'Jane Eyre' (1996) ya que la siguiente, 'La novicia' (1993) tuvo un estreno limitado.
Ahora, sin basarse en ninguna novela u obra de un escritor famoso, como William Shakespeare, con el que se inició en el cine con 'La mujer indomable' (1967) basada en la obra de William Shakespeare, con Elizabeth Taylor y Richard Burton, y que después ha adaptado en varias ocasiones como 'Romeo y Julieta' (1968), 'Hamlet (El honor de la venganza)' (1990) y 'Otelo' (1986) que hizo con Plácido Domingo (inédito también en España), nos narra algo de su autobiografía.
Frano Zeffirelli, que se inició como ayudante de dirección de Luchino Visconti, de quien tomó su gusto por el bel canto, cuando no hace cine se dedica a la ópera para descansar.
Este director septuagenario, nos cuenta parte de su infancia y adolescencia en este nuevo guion en el que mezcla realidad y ficción.
Un niño italiano, que se ha quedado huérfano, es criado por un grupo de mujeres inglesas y norteamericanas que vivían en la Italia durante el mandato de Mussolini en el tiempo de antes y durante la Segunda Guerra Mundial.
Empieza la acción en 1934, cuando tiene ocho años, ha quedado huérfano de madre, y es adoptado por un grupo de mujeres inglesas que se han exiliado voluntariamente en Florencia, su ciudad natal, que le educan y le enseñan a amar el arte y a William Shakespeare.
Ellas se reúnen a tomar el té y son conocidas como las escorpiones, por sus afiladas lenguas a la hora de criticar a los demás.
La llegada de una rica judía nortamericana revoluciona el grupo e incluso alguna no la acepta por ser la antítesis de lo que son ellas.
Esto no les impedirá ayudarlas, y hacerlo con la mayor discreción, llegado el momento, para que no se ofendan.
Franco Zeffirelli llevaba tiempo queriendo plasmar esta historia en la pantalla, pero necesitaba la perspectiva que dan los años para ello.
Y a decir verdad que le ha quedado un buen guion, en el que se mezclan los sentimientos con la comicidad, dentro de la tragedia que encierra una guerra, pero con un claro mensaje acerca de la alegría de vivir.
El film es como un acto de agradecimiento a aquellas mujeres que le educaron y le enseñaron a amar el arte, una deuda de gratitud que debía pagar y lo hace con una cinta de calidad en la fotografía, la música y la interpretación impagable de este trío de eminentes actrices inglesas, Joan Plowright, Maggie Smith y Judi Dench, con las que ya había trabajado en teatro, o las norteamericanas Cher y Lily Tomlin, que están igual de bien.
En definitiva, cine de calidad, para disfrutar.
Premio Bafta para Maggie Smith. Dos premios Hollywood para maquillaje y pelucuqría respectivamente para Leonard Engelman y Vivian McAteer. Pemio Nastro d'argento al vestuario. Premio Berenice al vestuario.
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