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CRITICA
Por: PACO CASADO
Clint Eastwood, en nuestro tiempo se ha metido ya a director, y tal vez en el mundo de la política, al presentarse para alcalde de una pequeña población norteamericana; abandona el western y se introduce en el género bélico, con este sargento de marines, destinado a otro cuerpo y devuelto al mismo como instructor al cabo de los años, nos presenta una historia de un hombre que aspira a ser un héroe y ha fracasado en esa otra batalla del amor.
A través del carisma de un sargento duro y rebelde encargado de instruir un regimiento de novatos nos da uno de los grandes detallas del individuo contra el sistema.
Se trata de un vociferante instructor entregado a la causa de machacar a los novatos.
Es el retrato de un hombre que se debate entre las pertenencias a las ideales del ejército y la infidelidad a sí mismo.
Duro e inflexible con sus hombres, tal vez por egoísmo, porque no teme perder la vida ante sus enemigos por falta de preparación de sus hombres, tiene ocasión de demostrar su carácter y su valentía a los largo y ancho de la película que, en buena parte de la misma nos presenta estas maniobras de adiestramiento para concluir con la invasión de la isla de Granada.
James Carabatsos da la impresión de haber recibido la consigna de hacernos ver, a través de este sargento de hierro, cómo se entrenan los marines norteamericanos, y se han inventado el personaje central como excusa para ello.
En 'El sargento de hierro' (1986), no falta nada de esa rebeldía que nace en el corazón del sistema, un sargento con metralla en el cuerpo, premiado en Corea, que ha sacrificado a su mujer, su familia, sus amigos y reputación para rendir pleitesía al cuerpo de los marines para estar siempre en el escalafón, por decir lo que piensa a sus superiores.
Porque el relato en si va dando tumbos como si no tuviera un rumbo fijo o fueran una serie de anécdotas, una tras otra, sin un destino determinado, sacándose la excusa de la invasión de la isla de Granada como una sección más del entrenamiento.
El film resulta plano, sin emoción, alternando con la anécdota sentimental del protagonista al que su mujer parece entenderle mejor que su propio coronel.
A su alrededor hay una serie de personajes pintorescos, como el negro rockero o el musculoso sueco, que vomitan tacos para dar más sensación de hombría.
Es la dirección Clint Eastwood no está todavía fuerte como director.
Gracias al éxito comercial de este film tuvo la libertad que le permitió hacer a continuación 'Bird' (1988), su última hasta hora, mejor lograda obra.
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