Título: |
TERMINATOR SALVATION |
Título original: |
TERMINATOR SALVATION |
Nacionalidad: |
EE.UU de 2009 |
Dirección: | McG |
Guión: | JOHN D. BRANCATO y MICHAEL FERRIS |
Fotografía: |
SHANE HURLBUT |
Música: |
DANNY ELFMANN |
Interpretes: |
CHRISTIAN BALE, SAM WORTHINGTON, ANTON YELCHIN, MOON BLOODGOOD, BRYCE DALLAS HOWARD, HELENA BONHAM CARTER y JANE ALEXANDER |
Censura: |
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 13 AÑOS |
Duración: |
113 MINUTOS |
Por PACO CASADO
Una demostración más de la falta de ideas de Hollywood es el constante resucitar de series de éxito, como es ésta emprendida en sus dos primeros capítulos por James Cameron, seguida a menor nivel por Jonathan Mostow y ahora continuada por el videoclipero Mc G en su cuarto episodio, que no aporta nada a lo anterior más que fuegos artificiales y persecuciones que es lo que sabe hacer.
En 2018, en una Norteamérica devastada y tiranizada por la red de inteligencia artificial Skynet, John Connor, mandando un grupo de resistencia, se dedica a buscar a Kyle Reese, su padre, para evitar su muerte y que pueda viajar al pasado para salvar a su madre, Sarah Connor. Para ello contará con la ayuda de Marcus, un ser condenado a muerte en el inicio del episodio y convertido en un cyborg con alma. Su esposa espera un hijo y él sigue escuchando las viejas cintas que le dejó grabadas su madre.
El endeble guión, con una historia casi inexistente en la que colgar efectos especiales y escenas de acción, nos presenta un futuro poco halagüeño dominado por las máquinas contra las que lucha el hombre en una tierra desolada y apocalíptica.
La historia es repetitiva y da la sensación de que ya se ha visto en anteriores capítulos de la serie, a pesar de que en esta ocasión se ha preferido rodar en exteriores en lugar de usar las pantallas verdes y hacerlo con robots a campo abierto en lugar de abusar de la infografía.
El tono del relato es más sombrío, con cielos grises, desolación y suciedad a lo que contribuye una fotografía sin matices, de tonos marrones y poco luminosa, con una primera parte llena de persecuciones que se va animando conforme avanza sin llegar nunca a entusiasmar ni a superar al mejor videojuego bélico.
La elemental idea filosófica que aporta es que todos merecemos una segunda oportunidad al tiempo que se interroga también en torno a la lucha armada y está ausente en todo momento el sentido del humor que tenían las dos primeras entregas.
Mc G únicamente aporta al film acción, que es lo que ofrecía en su versión de la segunda entrega de 'Los Angeles de Charlie. Al límite' , aunque en esta ocasión está más moderado, pero no denota tener ninguna sensibilidad, ni saber dirigir actores, con un Christian Bale demasiado sombrío y serio todo el tiempo, superado por el australiano Sam Worthington, arropado por el resto del buen reparto de secundarios.
La expectación despertada por la continuidad de esta serie no se ve satisfecha finalmente por los resultados.