Título: | LA BELLA Y LA BESTIA | |
Tit. Orig.: |
BEAUTY AND THE BEST | |
Nacionalidad: | EE.UU., 1991 | |
Dirección: | KIRK WISE, GARY TROUSDALE | |
Guión: | LINDA WOOLVERTON | |
Fotografía: | En Technicolor | |
Música | ALAN MENKEN | |
Interpretes: | Animación | |
Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 84 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Esta película, la número 30 que salió de los estudios Disney, es a la vez su quinto cuento de hadas. Tiene ilustres precedentes cinematográficos históricos en las versiones de Jean Cocteau en 1946, de Edward L. Cahan en 1963 o de Fielder Cook en 1976.
La factoría Disney decidió en su momento llevar esta historia, que es tan vieja como el tiempo, con variaciones sobre el tema, que data de la mitología griega, a los dibujos animados.
En 1550, el autor italiano Giovanni Straparlo escribió la primera versión que se conoce, que creció en popularidad durante el siglo XVIII, a través de los libros de autoras francesas como Madame Le Prince de Beaumont y Madame de Villeneuve
El relato siempre ha sido un tanto infantil tratando los conceptos morales acerca del bien y del mal, de la belleza y la fealdad de las personas como atributos físicos y psíquicos.
Esta versión, con la que debutaron en la dirección de dibujos animados Gary Trousdale y Kirk Wise, con un guión fresco, pleno de estilo para su desarrollo visual, trastoca levemente algunas de las líneas maestras en lo referente a su argumento.
Pero eso es lo de menos, ya que lo esencial permanece, como son los buenos sentimientos que convierten en algo admirable aquello que es grotesco, así como la bondad y el sacrificio de Bella que ve más allá de lo que un físico horrible le muestra.
Hay además, por otra parte, la permanencia de los elementos característicos de las producciones de Walt Disney que le hicieron inmortal, como la constante de escenas tremendistas para de esa manera hacer odiar el mal, frente a la fantasía y la elasticidad de los personajes que salieron siempre de la artesanal mesa de dibujos de la factoría.
Aquí, en determinadas escenas, se le ha dado entrada a imágenes creadas por ordenador para sacarle mayor partido y darle más espectacularidad a algunos movimientos de la cámara, como es el caso del baile entre Bella y la Bestia, por ejemplo, pero sin perder por ello la calidad del dibujo, sino que resulta al contrario, una potenciación del mismo.
Se le da entrada al musical al estilo de Hollywood, notándosele en este sentido determinadas influencias de los grandes coreógrafos, como Busby Berkeley en algunas secuencias.
Los grandes coros o los dúos protagonistas en las maravillosas canciones de Howard Ashman y Alan Menken le hicieron ganar el Oscar a la mejor canción y a la mejor banda sonora, apartados éstos que también se hicieron acreedores a los respectivos Globos de oro además del de mejor película en el apartado de musical o comedia. Ahora se repone con el nuevo atractivo de las 3D, sin que por ello cambie su calidad.