Título: | INCENDIES | |
Tit. Orig.: |
INCENDIES | |
Nacionalidad: | CANADÁ, FRANCIA, 2010 | |
Dirección: | DENIS VILLENEUVE | |
Guión: | VALÉRIE BEAUGRAND-CHAMPAGNE, DENIS VILLENEUVE. Basados en la obra teatral de WAJDI MOUAWAD | |
Fotografía: | ANDRÉ TURPIN | |
Música | GRÉGOIRE HETZEL | |
Interpretes: | LUBNA AZABAL, MÉLISSA DÉSORMEAUX-POULIN, MAXIME GAUDETTE, RÉMY GIRARD, ALLEN ALTMAN, MOHAMED MAJD, NABIL SAWALHA, BAYA BELAL | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 130 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
El cine canadiense llega a nuestras pantallas con cuentagotas, pero lo que podemos ver de esa cinematografía suele tener bastante calidad, son cintas que han pasado por los festivales bien escogidas para ser exhibidas en las salas.
La que nos ocupa ha pasado por los festivales de Venecia, Toronto, donde ganó el premio a la mejor película de Canadá, Valladolid, que le otorgó los premios del público, de la juventud y mejor guión, fue nominada al Oscar en lengua no inglesa y ganó ocho Genie, los galardones del cine canadiense.
Se trata del cuarto largometraje del director quebequés Denis Villenueve, que se basa en una obra teatral del libanés Wajdi Mouawad, adaptada al cine por Valérie Beaugrand y el director. El autor les dio plena libertad, para cambiar la trama, sin abandonar el espíritu de la misma, con el fin de hacerla más cinematográfica.
Evitan caer en el melodrama y no pronunciarse políticamente, sobreponiendo siempre el perfil personal y humano de la historia con una estructura narrativa eficaz, en donde pasado y presente acaban encontrándose.
El odio, el dolor, la venganza y la humillación, están expuestos en escenas duras e intolerables del fanatismo fundamentalista que únicamente genera violencia, que acaba con el amor y destroza la vida de muchas personas.
Una mujer al morir deja expresado en el testamento destinado a sus dos hijos gemelos, Jeanne y Simon, su deseo de que busquen a su padre a quien siempre han tenido por muerto y a un hermano que desconocían su existencia.
Esto le hará viajar a Jeanne a la tierra de su madre, (un país imaginario de Oriente Próximo en conflicto civil), sucediendo la acción en Líbano en los años 80 aunque no se dice.
Se desarrolla así el estupendo guion, que disimula perfectamente su origen teatral, cuya obra se inspira en hechos reales, dividiendo la narración en diversos capítulos según el personaje o el lugar en que sucede la acción, en dos tiempos, el presente y la evocación del pasado en la investigación que lleva a cabo la hija, a la que después se suma su hermano, para terminar en un desenlace sorprendente.
Lo que va descubriendo son crudas escenas de horror y muerte en una tierra inmensa, desolada por el fanatismo, envuelta en una guerra civil debida al fundamentalismo religioso, a veces mostrado de forma confusa, llevadas a cabo con un realismo desolador pero no pesimista en una historia marcada por el odio y la violencia en ese marco convulso.
El film está realizado con gran verismo, con un ritmo lento, alargado en el tiempo en detalles no siempre necesarios, pero con una interesante puesta en escena, con buen uso de la elipsis y los silencios que a veces dicen más que los diálogos.
Posee un trabajo notable del elenco que sorprende al estar compuesto en buena parte por actores no profesionales, destacando especialmente Lubna Azabal en el papel de Nawal, la madre, como así mismo Mélissa Désormeaux-Poulin en el personaje de Jeanne, la hija.