Título: | ANONYMOUS | |
Tit. Orig.: |
ANONYMOUS | |
Nacionalidad: | ALEMANIA, INGLATERRA, 2011 | |
Dirección: | ROLAND EMMERICH | |
Guión: | JOHN ORLOFF | |
Fotografía: | ANNA FORESTER | |
Música | HARALD KLOSER, THOMAS WANKER | |
Interpretes: |
RHYS IFANS, VANESSA REDGRAVE, JOELY RICHARDSON, DAVID THEWLIS, XAVIER SAMUEL, SEBASTIAN ARMESTO, RAFE SPALL, EDWARD HOGG, JAMIE CAMPBELL BOWER |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
Duración: | 130 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Cuando un director se encasilla en un tipo de cine, que además le va bien desde el punto de vista de la taquilla, extraña que de buenas a primeras dé un giro de 180 grados para poner en la pantalla un drama isabelino histórico.
Así le ocurre al alemán Roland Emmerich, autor de películas tan espectaculares como Independence Day (1996), Godzilla (1998), El día de mañana (2004) que fueron bien comercialmente, pero muchos críticos le dieron la espalda porque no consideraban interesante su cine.
Sin embargo esa clase de producciones y la repercusión económica de las mismas, le dieron carta blanca para hacer lo que quisiera con esta historia con la que vuelve al cine alemán.
El guion de John Orloff, ambientado en la Inglaterra isabelina, con tramas entrecruzadas, se basa en la teoría de que William Shakespeare no era más que un hombre de paja que firmaba las obras que el noble Edward De Vere no podía por presiones de su familia, al estar mal visto que la gente de su clase se dedicara a escribir, a hacer poemas y obras teatrales a pesar de que la nobleza se divertía con ellas, incluso gustaban mucho a la reina Isabel I, con la que el citado decimoséptimo conde de Oxford tuvo un hijo bastardo.
Se tiene la teoría de que fue elegido primero para ello Ben Johnson pero terminó cayendo en manos de un actor vulgar, pendenciero, borracho, mujeriego, cínico y mediocre, William Shakespeare, quien acabó firmando las mismas que le dieron fama al Barbo de Avon.
Algunos intelectuales han manejado esta teoría conspiradora como posibilidad de ser cierta, lo que tiraría por tierra la fama del príncipe de los ingenios de las letras inglesas al desenmascarar el mito.
No deja de ser interesante en lo que a ello se refiere, el problema es que mezcla el tema con las intrigas políticas cortesanas de nobles ambiciosos de poder, las ilegales relaciones amorosas, las rivalidades literarias del siglo XVI, lo que complica la claridad narrativa y expositiva que resulta algo embarullada, con exceso de historias y personajes tocados de forma superficial, que la sumergen en un caos, con saltos en el tiempo, que exigen un gran esfuerzo por parte del espectador.
En favor de Roland Emmerich hay que decir que hace una recreación extraordinaria del Londres de aquella época, sucio y peligroso, con una buena ambientación, escenificación y vestuario impecables, como ya ensayó en El patriota (2000), aunque era más cercana en el tiempo.
Interesante la interpretación del extraordinario y competente elenco de actores ingleses que pueblan sus imágenes, destacando la serenidad de Rhys Ifans, el intrigante David Thewlis o la veteranía de Vanessa Redgrave, reciente ganadora de un Oscar honorífico a toda su carrera.
La cinta se abre y se cierra con un brillante prólogo y epílogo a cargo de Derek Jacobi.