Título: | AMANECER PARTE 1, LA SAGA CREPÚSCULO | |
Tit. Orig.: |
THE TWILIGHT SAGA: BREAKING DAWN PART 1 | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2011 | |
Dirección: | BILL CONDON | |
Guión: | MELISSA ROSENBERG. Basada en la novela escrita por STEPHANIE MEYER | |
Fotografía: | GUILLERMO NAVARRO | |
Música | CARTEL BURWELL | |
Interpretes: |
KRISTEN STEWART, ROBERTT PATTINSON, TAYLOR LAUTNER, ANNA KENDRICK, PETER FACINELLI, ASHLEY GREENE, JACKSON RATHBONE, BILLY BURKE, MICHAEL WELCH, JULIE JONES |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 113 MINUTOS |
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Por JOSÉ MONTESINOS
Ante la crisis de ideas que padece Hollywood de unos años a esta parte la solución de los grandes estudios es alargar al máximo sus franquicias y en esto nos encontramos con que ya no solo vale el exprimirlas hasta la extenuación sino que cuando llega la hora de cerrar la saga el último capitulo, encima, lo dividen en dos partes para que sea más lucrativo para los estudios.
Ya ocurrió con “Harry Potter” y vuelve a pasar con esta saga que llega a su fin y para la que el último libro en el que se basan lo han alargado tanto que les da para dos películas y la pregunta que nos hacemos es si realmente merece la pena, artísticamente hablando.
La nueva entrega comienza con la boda de la pareja protagonista para acto seguido marcharse de luna de miel y en el transcurso de esta Bella se da cuenta que está embarazada pero que su embarazo a parte de ir excesivamente deprisa puede terminar causándole la muerte, con lo que regresan apresuradamente.
En estas escasas tres líneas se cuenta las dos horas de duración de este largometraje, no hay más en una película donde se aprovecha el tirón juvenil del trío protagonista para alargar la trama sin fundamento alguno.
Aquí no se encuentra nada que sujete una historia casi inexistente puesto que lo que se narra bien podrían haberlo despachado en veinte minutos y no tener al sufrido espectador ciento veinte viendo exclusivamente una novelita rosa la cual termina por empacharnos de tanta pose de la pareja protagonista así como de ver el torso desnudo del tercero en discordia.
Bill Condon se ha hecho cargo de poner el punto y final de una saga que cuenta con más de mil millones de dólares recaudados y la cual se basa en la serie de novelas que escribiese Stephanie Meyer y que cuenta con más de cien millones de ejemplares vendidos en todo el mundo.
Condon se ha sujetado en el guión escrito por Melissa Rosenberg, que conste que no hemos leído la novela, pero lo que nos propone aquí raya el cursilismo total y siendo, a nuestro juzgar, la peor entrega de la saga ya que prácticamente no ocurre nada.
No sabemos bien que nos deparará la segunda parte, esta desde luego es una tomadura de pelo total para los bolsillos de las adolescentes que acuden hipnotizadas a las salas de proyección.
El director ofrece visual y estéticamente un filme cuidado siendo un envoltorio perfecto pero también encontramos una dirección cansina apoyada en un guión plano, aburrido y funcional encontrándonos con uno de los trabajos más flojos de Bill Condon.
Cuidada fotografía que se recrea en demasía con las tomas aéreas seguido de una partitura musical que es más de lo mismo sin aportar ni subrayar nada.
Y del reparto poco que decir, tan solo que los protagonistas se tienen muy bien aprendido sus respectivos cometidos de las anteriores cintas y que tampoco aportan nada destacable en esta entrega.