Título:	LOS DESCENDIENTES
Tit. Orig.:	THE DESCENDANTS
Nacionalidad:	EE.UU., 2011
Dirección:	ALEXANDER PAYNE
Guión:	ALEXANDER PAYNE, NAT FAXON, JIM RASH. Basados en la novela de KAUI HART HEMMINGS
Fotografía:	PHEDON PAPAMICHAEL
Música	Canciones Hawaianas
Interpretes:	GEORGE CLOONEY, SHAILENE WOODLEY, BEAU BRIDGES, ROBERT FOSTER, JUDY GEER, MATTHEW LEILLARD, NICK KRAUSE, AMARA MILLER, MARY BIRDSONG
Censura:	NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS
Duración:	110 MINUTOS

 Por  PACO CASADO

     Tras pasar desapercibido con su ópera prima "Citizen Ruth" (1996), Alexander Payne llamó la atención de la crítica avanzada con "Election" (1999), conquistó al resto de la misma con "A propósito de Schmidt" (2002) y se consagró con "Entre copas" (2004).
 Ahora nos llega su quinto largometraje "Los descendientes" (2011) que muchos consideran la sorpresa de la temporada.
 Se basa en esta ocasión en la novela de la autora hawaiana Kaui Hart Hemmings, que es la primera que escribe, en la que muestra una gran sensibilidad al plantear situaciones y personajes.
 Matt King, abogado, casado y con dos hijas. Su esposa, debido a un accidente en el mar, está en coma, entre la vida y la muerte, por lo que se hace cargo de sus hijas y además ha de vender unos terrenos vírgenes pertenecientes a la familia.
 Este es el estado de partida en el que se encuentra este hombre que intenta portarse como el padre que no ha sido para con sus hijas, a las que apenas conoce, metido en su trabajo, como tampoco a su esposa, con la que últimamente no se ha llevado todo lo bien que debiera.
 Debido al accidente conoce la otra cara de sus relaciones, intenta descubrirse a sí mismo y reconciliarse con la vida.
 Al mismo tiempo trata de recuperar el tiempo perdido con su familia, evitando que se derrumbe, procurando reflotarla, y enfrentándose a la verdad por dolorosa que sea.
 Matt es un personaje a la deriva, en crisis emocional y existencial, que busca un nuevo comienzo, un tipo gris que bucea en el pasado y el presente, inmerso en un viaje interior y físico, enfrentado a la mentira, a un camino de espinas, trágico, patético, cerrando heridas y acercando posturas.
 Payne ha hecho cinco películas en docena y media de años que lleva tras las cámaras, lo que quiere decir que no rueda si no tiene algo que le interese contar, con personajes sencillos, con los que hace el mejor cine independiente americano.
 En este caso su relato camina entre el drama y la comedia de forma equilibrada, huyendo del rigor introspectivo en el que nos pudiera sumir la voz en off, alma de la narración.
 Reflexiona sobre la condición humana, los lastres sentimentales, la ambición en torno a la venta de los terrenos por parte de unos familiares mientras otros defienden el ecologismo, viéndose Matt ante un conflicto moral, aunque todos tengan sus razones.
 El guion retrata bien a los personajes, acentúa los caracteres, los sentimientos, las amarguras, desahoga el drama con unas gotas de humor en esta historia que no ofrece nada nuevo más que una mirada a la vida, un melodrama que la autora sitúa en Hawai, su tierra, que todos tenemos idealizada como un paraíso, pero en la que también existe el drama, no todo es diversión y disfrute.
 En este sentido la autora participó activamente durante el rodaje, vigilando el guion y eligiendo los paisajes.
 El director convierte en fácil lo difícil, moviendo los hilos con soltura, con un impecable equilibrio, sin que sobre ni falte nada en este conflicto.
 George Clooney hace un personaje perfecto que cataliza emociones y se convierte en el centro del film por cuyo buen trabajo ha ganado el Globo de oro y la cinta el de mejor drama.
 Un buen complemento resulta la actuación de Shailene Woodley en el papel de Alex, la hija mayor que mantiene el duelo con la estrella, y de Amara Miller como Scottie, la pequeña.