Título: | THE QUEEN | |
Tit. Orig.: |
THE QUEEN | |
Nacionalidad: | INGLATERRA, 2006 | |
Dirección: | STEPHEN FREARS | |
Guión: | PETER MORGAN | |
Fotografía: | AFFONSO BEATO | |
Música | ALEXANDRE DESPLAT | |
Interpretes: | HELEN MIRREN, MICHAEL SHEEN, JAMES CROMWELL, ALEX JENNINGS, SYLVIA SYMS, HELEN McCRORY, ROGER ALLAN, TIM McMULLAN | |
Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 102 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Tan sólo la sensibilidad y cordura de un cine como el británico puede afrontar un hecho histórico tan delicado como el que nos presenta esta inteligente película, que comienza con la designación de Tony Blair como primer ministro laborista, que tan sólo llevaba tres meses en el cargo, y tiene que hacer frente al difícil reto de convencer a la reina Isabel II que reniegue de su protocolo para asistir al entierro de la ex-mujer de su hijo Carlos, la princesa Diana de Gales, muerta en accidente en la noche del 31 de agosto de 1997, en París.
Blair comprende que la muerte de la plebeya princesa puede hacer tambalearse a la arcaica monarquía y trata de disuadir a la reina que se baje de su pedestal y cambie su actitud.
Hay dos visiones distintas de los hechos, la de la inamovible realeza británica, en la que el protocolo es lo primero y no se pueden mostrar sentimientos en público, y la de un concepto más moderno y flexible visto desde la democracia.
El hecho origina una crisis en el palacio de Balmoral donde en ese momento veraneaba la reina que desea unos funerales en familia, mientras que las puertas de Buckingham palace se inundan de ramos de flores, de mensajes de duelo y de pesar de un pueblo que siente la muerte de su princesa, de la mujer que trató de quebrar las rígidas y obsoletas normas de la monarquía británica.
Un film así no sería posible sin un guion como el de Peter Morgan, justamente premiado en la Mostra de Venecia, que parece como si hubiera estado presente en todo momento en los hechos, inventando unos diálogos realistas, haciendo una radiografía de cada uno de los protagonistas perfecta, con sus virtudes y defectos, sobre todo de una mujer de hierro que fue educada para ser reina y no puede derramar sus lágrimas en público, que vive de espaldas a su pueblo, pero es capaz de conmoverse ante la muerte de un hermoso ciervo de cornamenta de 14 puntas o que siente afecto por sus nietos, ahora huérfanos, a los que aleja de los medios de comunicación para que no sufran con la muerte de su madre.
Todo ello tampoco sería factible sin un cuadro de actores realmente espléndido, comenzando por la excelente interpretación de Helen Mirren, que obtuvo merecidamente la Copa Volpi, la Osella de oro y el premio Fipresci en Venecia y por cuyo trabajo ganó el Globo de Oro, el Oscar, bien seguido por el resto del reparto elegido no sólo por los parecidos físicos con los personajes reales, sino que además hacen unas actuaciones muy ajustadas de los mismos.
Por su parte Stephen Frears sabe darle el punto de fina ironía necesario a través de la puesta en escena cuidando no sólo la elección de los escenarios y vestuarios sino también la mezcla de imágenes reales para dar el sentimiento del pueblo.
El proceso no era fácil y el logro es ciertamente admirable. El film acumuló más de 60 premios internacionales