Título: | GRUPO 7 | |
Tit. Orig.: |
GRUPO 7 | |
Nacionalidad: | ESPAÑA, 2011 | |
Dirección: | ALBERTO RODRÍGUEZ | |
Guión: | ALBERTO RODRÍGUEZ, RAFAEL COBOS | |
Fotografía: | ÁLEX CATALÁN | |
Música | JULIO DE LA ROSA | |
Interpretes: | ANTONIO DE LA TORRE, MARIO CASAS, INMA CUESTA, JOAQUÍN NÚÑEZ, JOSÉ MANUEL POGA, JULIÁN VILLAGRÁN, LUCÍA GUERRERO, DIANA LÁZARO, CARLOS OLALLA | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS | |
Duración: | 96 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
"Grupo 7" es el quinto largometraje de Alberto Rodríguez que al igual que "7 vírgenes" se ambienta en Sevilla, su ciudad natal, y también versa sobre la delincuencia, pero a diferencia de aquella que era la delincuencia juvenil actual, ésta se ambienta en los años finales de los 80 en la época en que se estaba construyendo la Expo del 92 en la isla de la Cartuja y había que dar una imagen limpia de la ciudad al mundo, por lo que un grupo de agentes se dedicaron a quitar de la circulación a traficantes, camellos, yonkis y drogatas.
La película no se basa en hechos reales sino se inspira en un sumario al que tuvieron acceso el director y el guionista de donde extrajeron el ambiente y diversos casos que dramatizaron para hacer el guion, al tiempo que se sirvieron de la crónica negra de los diarios, de policías y abogados de la época.
El Grupo 7 está compuesto por cuatro agentes: Rafael es duro, expeditivo, violento, actúa con contundencia contra los delincuentes - la droga mató a su hermano - pero es creyente y acaba redimiéndose porque en el fondo tiene buen corazón. ╡ngel, es joven, recién llegado, casado y con un hijo, aspira a ser inspector, rechaza los métodos de sus compañeros y acaba siendo como ellos. Mateo está casado, es el cómico del grupo, aparentemente valiente pero miedoso, y frena a veces a sus compañeros. Y Miguel es soltero con novia, capaz de las mayores temeridades, tiene pavor a coger una enfermedad en contacto con los drogadictos, pero muestra cierta ternura.
Todos ellos actúan con violencia extrema, con mentiras, con métodos que rayan la ilegalidad, coaccionan, golpean y después preguntan, sobornan a confidentes a los que pagan con la droga aprehendida, maltratan a los detenidos para que confiesen pero son eficaces en su trabajo.
Sus jefes les reprenden pero miran para otro lado a la hora de contar resultados como sea, de ponerse medallas o salir en las fotos de los periódicos, a costa del trabajo sucios esos hombres que realizan una operación política y social de la realidad andaluza. Es el reflejo de lo que para ellos es lo cotidiano de las redadas y los ajustes de cuenta en los barrios bajos de la ciudad.
Al tiempo denuncia la decadencia moral de estas instituciones, la desvergüenza de las autoridades y de los políticos sin escrúpulos que aparentan una realidad distinta.
Un puñado de hombres dedicados a curar una sociedad que estaba grave física y moralmente que terminó en la corrupción a que se ha llegado en estos momentos, como si profetizara lo que iba a ocurrir, lo que nos hace reflexionar sobre la actualidad, a pesar de que la idea data de hace dos años.
La película cumple con las calidades del cine policiaco español actual, a la altura de "El crack", "La caja 501", "Celda 211", "No habrá paz para los malvados", por citar algunos títulos recientes.
El guion alterna la construcción de la Expo, a base de documentales de la época, con la acción del grupo y con el drama familiar, sentimental o personal que nos da el aspecto humano de cada uno.
Es una mezcla de thriller y crónica social que habla de la condición humana a través de la evolución que sufre cada componente del grupo.
El film nos recuerda, salvando las distancias, a "Un crimen por hora" (1959), de John Ford, que exponía las 24 horas de un inspector de Scotland Yard que resuelve un caso y varios problemas. Aquí es este comando el que actúa y los solventa.
La cinta arranca con gran fuerza con una persecución muy bien rodada, con un ritmo trepidante, con una gran verosimilitud y eficacia inédita en nuestro cine, como igualmente ocurre en los restantes seguimientos, arrestos y escenas de acción, con un estilo naturalista fresco, con dinamismo, describiendo bien la ambientación - el director se conoce perfectamente Sevilla - y haciendo que los actores actúen de forma espontánea hasta parecer auténticos agentes de policía, gracias a una buena descripción de sus respectivos papeles.
Tiene una puesta en escena impecable, concisa y eficaz, con un guion ajustado, con personajes muy bien interpretados. Antonio de la Torre posiblemente hace el mejor papel de su carrera actuando con veracidad. Mario Casas comienza a ser actor cuando está bien dirigido. Estupendo Julián Villagrán y todo un descubrimiento eso dos actores inéditos que son Joaquín Núñez y José Manuel Poga. Sin olvidar los personajes complementarios de las actrices Inma Cuesta, y menos conocidas Lucía Guerrero y Diana Lázaro con labores también meritorias.
La música subraya con dinamismo las escenas de acción.
La mejor película de Alberto Rodríguez hasta el momento, que realiza un policiaco ejemplar y una muestra del buen cine negro español actual.