Título: | SANGRE Y VINO | |
Tit. Orig.: |
BLOOD AND WINE | |
Nacionalidad: | EE.UU., 1996 | |
Dirección: | BOB RAFELSON | |
Guión: | NICK VILLIERS, ALISON GROSS | |
Fotografía: | NEWTON THOMAS SIGEL | |
Música | MICHAEL LORENC | |
Interpretes: | JACK NICHOLSON, STEPHEN DORFF, JENNIFER LÓPEZ, JUDY DAVIS, MICHAEL CAINE | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18 AÑOS | |
Duración: | 100 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Tras el fracaso de "Las montañas de la Luna" (1990), Bob Rafelson vuelve a la pantalla grande con su género preferido, el cine negro, donde ya obtuvo el éxito con la nueva versión de "El cartero siempre llama dos veces" (1981) y "El caso de la viuda negra" (1987). Ahora viene a completar esta trilogía con "Sangre y vino", que a su vez cierra otra trilogía sobre las relaciones familiares iniciada con "Mi vida es mía" y continuada con "Marvin Gardens".
Rafelson no es el director habitual de Hollywood. Le gusta ser independiente, algo rebelde y provocador, lo que pone de manifiesto a través de sus películas que de alguna manera azotan a una sociedad hipócrita mediante la actitud inmoral de sus personajes.
Alex es un comerciante de vino cuyos negocios no van bien, como tampoco las relaciones con su hijastro y con su esposa, a causa de una joven amante. Para mejorar esta situación se alía con un veterano desvalijador de cajas fuertes, un villano lleno de maldad que sabe que va a morir pronto y al que tan sólo le preocupa ganar dinero de forma ilícita sin ir a la cárcel, para robar un valioso collar.
Es un thriller diferente que vuelve a las características del cine negro de los mejores tiempos, en el que se incluyen pasión, codicia y algunas muertes, que se basa en el carácter de los personajes y no en las acciones violentas ni el sexo. Aquí no hay artefactos raros, ni trucos o efectos especiales, persecuciones, ni violencia, sólo la precisa que se deriva de este género.
La dirección de Rafelson logra crear una verdadera atmósfera llena de tensión, que se nos da en los planos precisos, y obtiene un film de gran atractivo, muy interesante que no debe pasar desapercibido para los grandes amantes de este tipo de cine.
El guión, con personajes muy bien definidos y magníficamente retratados, recreados por unos estupendos actores, termina en una espiral de violencia y destrucción, pero pone a cada uno en el sitio que le corresponde.
Perfectamente definida la personalidad de Alex (J. Nicholson) el hombre cínico capaz de engañar a la esposa en sus propias narices con una joven amante, o la de Victor Spansky, el ladrón que encarna estupendamente Michael Caine (Concha de Plata al mejor actor en San Sebastián) un delincuente muy humano y un perfecto canalla. No le van a la zaga los otros tres personajes secundarios Stephen Dorff, Jennifer López y Judy Davis.