Título: | DIRTY DANCING 2 | |
Tit. Orig.: |
DIRTY DANCING: HABANA NIGHTS | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2004 | |
Dirección: | GUY FERLAND | |
Guión: | BOAZ YAKIM, VICTORIA ARCH | |
Fotografía: | ANTHONY B. RICHMOND | |
Música | HEITOR PEREIRA | |
Interpretes: | DIEGO LUNA, ROMOLA GARAI, SELA WARD, JOHN SLATERY, JONATHAN JACKSON, JANUARY JONES, MIKA BOOREM, RENÉ LAVAN, MYA HARRISON | |
Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: | 85 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Si bien los esquemas de "Dirty Dancing" y de esta pretendida "Dirty Dancing 2" son parecidos, poco tiene que ver una película con otra, más que usar un título acreditado, porque no se trata de un remake, ni una secuela, ni de una continuación.
Katey Miller llega en 1958 a la Cuba de Batista, cuando está casi a punto de estallar la revolución castrista.
Allí conoce a Javier, un camarero con el que hace amistad, que le enseña los bailes cubanos.
Cuando le expulsan del hotel se apuntan a competir en un concurso de baile cuyo premio son 5000 dólares.
Mientras que ella pertenece a una acomodada familia norteamericana, él es de origen humilde, cuyo padre ha sido mártir de la represión del régimen dictatorial de Batista.
La diferencia de clases y de ideologías nada tienen que hacer frente al amor que nace entre los dos adolescentes.
Al igual que aquella ésta es un coctel de canciones, bailes, sexo e ingenuidad en el enamoramiento de los dos jóvenes inexpertos en estas lides.
Aquí también él le enseña a bailar a ella y si en aquella el baile de los empleados era más apasionado que el que se enseña a los turista, aquí lo es el que bailan los cubanos frente a la estética de los de salón que practican los clientes en el hotel.
Hay un pequeño guiño al primer film con la participación en un breve papel de Patrick Swayze, que hace en esta ocasión de profesor de baile del hotel.
El guión, que se inspira en lo acaecido a la coreógrafa JoAnn Jansen, es muy flojo y la historia muy previsible.
La dirección tampoco ayuda mucho a salvar el escollo y el rodaje en Puerto Rico no da mucho el glamour decadente de la Cuba anterior a la revolución.
El sonido de la música cubre en muchas ocasiones los diálogos. La pareja protagonista resulta sosita e inexperta como bailarines.