Título:	STARBUCK
Tit. Orig.:	STARBUCK
Nacionalidad:	CANADÁ, 2011
Dirección:	KEN SCOTT
Guión:	KEN SCOTT, MARTIN PETIT
Fotografía:	PIERRE GILL
Música	DAVID LAFLECHE
Interpretes:	PATRICK HUARD, JULIE LeBRETON, ANTOINE BERTRAND, DOMINIC PHILIE, MARC BÉLANGER, IGOR OVADIS, DAVID MICHAEL, PATRICK MARTIN
Censura:	NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS
Duración:	104 MINUTOS

 Por  PACO CASADO

   La verdad es que el cine canadiense no se asoma mucho por nuestras pantallas o será que a veces sus producciones se confunden con las norteamericanas a las que con frecuencia quieren imitar.
 En "Starbuck" se trata de una comedia que pretende ser divertida, una especie de producción de cine indie canadiense que ha sido bien acogida en algunos festivales como es el caso de la Seminci de Valladolid conde consiguió el Premio Pilar Miró al mejor director novel para Ken Scott y el Premio al mejor actor para Patrick Huard. También en los Premios de la Academia del cine canadiense logró los Genie al mejor guion original y mejor canción. El premio del público lo obtuvo en el Festival de cine de Calgary, entre otros.
 David, a pesar de sus 42 años, resulta ser un irresponsable. Trabaja repartiendo carne en el negocio de su padre. Su novia Valerie, policía, le confiesa que está embarazada, pero no quiere que se ocupe de ella porque piensa criar sola a su hijo.
 En ese momento se entera que debido a sus donaciones de esperma, que hacía con el seudónimo de Starbuck, es padre de 533 hijos y 142 de ellos quieren conocerle. Ahí comienzan los líos.
 La idea original parte de una noticia aparecida en los periódicos en la que un doctor inseminaba a todas las mujeres que querían tener hijos con su propio esperma y así fue padre de ese gran número de ellos, hasta que finalmente se descubrió.
 Las clínicas que se dedican a tal fin tienen prohibido por ley desvelar la identidad de los donantes.
 De esa idea Ken Scott y Martin Petit extrajeron el guion de esta película que comienza como una comedia gamberra con la masturbación de David para las donaciones, lo que hace pensar mal en principio, seguida de sus muestras de irresponsabilidad.
 Cuando recibe el sobre con los demandantes toma al azar algunos de ellos para conocerlos en secreto, sin desvelar su identidad.
 Eso es lo que constituye los dos primeros tercios del film hasta desembocar en la parte final en una especie de drama sentimental en el que David está en la diatriva de no saber qué hacer tras conocer a sus hijos naturales.
 La base de la cinta es un tanto fantasiosa dado que quiere hacer una comedia fresca y divertida algo que no siempre consigue, resultando a ratos aburrida, debido a una narración sin ritmo, algo parsimoniosa, hasta plantearse en el último tercio la responsabilidad paterna y tener el apoyo de la familia.
  Cosa curiosa en ningún momento aparecen las madres.
 Sobre Patrick Huard, célebre cómico quebequés, cae la mayor parte del peso de la película que en la parte final se pone un poco sentimental frente a la superficialidad con que se toma toda la primera mitad, de ahí su irregularidad, debida a un director como Ken Scott, procedente de la televisión, que hace con éste su segundo largometraje, salvado en parte por los buenos actores del reparto.