Título: | EL LEGADO DE BOURNE | |
Tit. Orig.: |
LEGACY OF BOURNE | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2012 | |
Dirección: | TONY GILROY | |
Guión: |
TONY GILROY, DAN GILROY. Inspirados en lo personajes creados por ROBERT LUDLUM |
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Fotografía: | ROBERT ELSWITT | |
Música | JAMES NEWTON HOWARD | |
Interpretes: |
JEREMY RENNER, RACHEL WEISZ, EDWARD NORTON, STACEY KEACH, OSCAR ISAAC, JOAN ALLEN, DAVID STRATHAIRN, SCOTT GLENN, DONNA MURPHY |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS | |
Duración: | 132 MINUTOS |
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Por JOSÉ MONTESINOS
Los grandes estudios hollywoodienses se mueven exclusivamente por el propio interés del vil metal, amasar grandes fortunas a costa de los sufridos espectadores a quienes una y otra vez les ofrecen más de lo mismo. No cabe duda de que estos apuestan siempre por el caballo ganador, aunque en ocasiones les salga el tiro por la culata, y así agotan hasta la saciedad cualquier temática que en el pasado les haya dado réditos suficientes como para continuar con la serie.
La que nos ocupa es la cuarta entrega de una saga que se inició en 2002 con “El caso Bourne” y cuyos tras capítulos anteriores han gozado de un importante éxito, a la vista está que al Estudio poco le ha importado que el principal protagonista haya dejado la serie, simplemente se ha ideado una historia en la que tuviese cabida otro personaje y poco más.
Las altas esferas de la CIA deben cancelar un programa oculto en el que durante años han experimentado sustancias con una serie de agentes las cuales les hacen ser mejores en su trabajo. Estos agentes no pertenecen a la agencia sino al Departamento de Defensa y ahora tras una filtración pretenden enterrar todo el trabajo con lo que no queda otra que eliminar cualquier rastro.
Y esto incluye la eliminación uno por uno de estos agentes, pero por casualidades de la vida, uno de ellos Aaron Cross escapa con vida y en compañía de una doctora que milagrosamente escapa también de ser asesinada intentarán desbaratar los planes.
Tanto Tony como Dan Gilroy, guionistas, presentan una continuación de la anterior saga, inventándose una trama totalmente nueva, donde de vez en cuando hacen referencia a Jason Bourne, para que el argumento guarde cierto paralelismo con las anteriores y poco más.
Los Gilroy le han dado una nueva vuelta de tuerca al tema en cuestión y así escriben una historia en la que al principio puede costar un poco entrar, ya que el espectador puede llegar a perderse entre el barullo que han montado sin saber a ciencia cierta de que están hablando en el filme y quienes son los personajes que van apareciendo.
En este aspecto el argumento no termina de cuajar, con algunos cabos sueltos a lo largo de la trama, con una historia muy normalita en la línea de las anteriores pero con cero capacidad de sorpresa en todos los términos y sin terminar de convencernos del todo.
En el terreno directivo Tony Gilroy, que hace con este su tercer largometraje tras “Michael Clayton” (2007) y “Duplicity” (2009), dos cintas fallidas a nivel comercial aunque la primera no estaba nada mal, dirige una película con una factura correcta, con un ritmo algo cansino en determinados momentos que hace que se pierda el interés, no aportando nada que no hallamos visto en las anteriores u otras del mismo estilo.
No lo ha tenido fácil el director al hacerse cargo de esta nueva entrega sin el protagonista principal y todo ello por ese afán de recaudar dinero y alargar innecesariamente las historias.
Al filme le falta a lo largo de su planteamiento, tensión, una trama algo más clarificadora, una descripción más adecuado de los personajes e incluso un poco más de acción ya que esta se queda algo huérfana en este aspecto, dejándolo todo para una persecución al final, que para colmo de males utiliza ese montaje atropellado al que nos tienen acostumbrados últimamente y que prácticamente no deja ver nada con claridad al espectador.