Título: |
MALDITOS BASTARDOS |
Título original: |
INGLORIOUS BASTERDS |
Nacionalidad: |
EE.UU de 2009 |
Dirección: | QUENTIN TARANTINO |
Guión: | QUENTIN TARANTINO |
Fotografía: |
ROBERT RICHARDSON |
Música: |
ENNIO MORRICONE |
Interpretes: |
BRAD PITT, MELANIE LAURENT, CHRISTOPH WALTZ, ELI ROTH, MICHAEL FASSBENDER, DIANE KRUGER, DANIEL BRUHL, TILL SCHWEIGER y GEDEON BURKHARD |
Censura: |
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 13 AÑOS |
Duración: |
150 MINUTOS |
Por PACO CASADO
Todos sabemos que Quentin Tarantino se hizo director en la escuela del videoclub, viendo películas de serie B, westerns realizados en Europa, films de terror, en definitiva cine de género y que en la mayoría de sus cintas asoma su afición a esta clase de producciones, debutando con 'Reservoir Dog' (1992).
Malditos bastardos no iba a ser una excepción. Mucho tiempo se ha llevado para producir esta nueva película, que incluso estuvo a punto de quedarse en una novela o en una serie de televisión. Al final, inspirándose en el film de Enzo G. Castellari, 'Aquel maldito tren blindado' (Quel maledetto treno blindato) (1977), del que toma sólo la idea del comando americano que llega a la Francia ocupada por Hitler para acabar con los nazis, confeccionó este argumento en el que termina dándole una patada a la historia, inventándose un atentado contra Hitler que nunca existió, que hubiera cambiado el rumbo de la humanidad, ya que el dictador no se suicida sino que aquí muere asesinado.
El guión está estructurado en cinco capítulos que aunque tengan continuidad son como estamentos estancos o vasos comunicantes que de alguna manera vienen a tener su propia estructura.
Un grupo de soldados judíos americanos al mando del oficial Aldo Raine, apodado el apache, por su afición a cortarle las cabelleras a sus enemigos, llega durante la Segunda Guerra Mundial a la Francia ocupada para cazar nazis. Así se enfrenta al coronel de las SS Hanz Landa, conocido como el cazajudíos, en un duelo a muerte entre ambos con final sorprendente.
Por medio está la historia de Shosana, una judía cuya familia fue masacrada y que ahora regenta un cine heredado de su tío donde llevará a cabo su venganza.
Una vez más la venganza y la violencia afloran en una cinta de Tarantino que tiene casi el mismo esquema de un western, aquí mezclado con las producciones bélicas hechas en el viejo continente, siendo en este sentido muy fiel a la ambientación de la época, en un curioso ejercicio formal.
No le interesa recrear escenas de guerra sino el drama íntimo de los personajes con sus contradicciones, la relación entre los verdugos y sus víctimas, aunque aquí éstas se revelan mostrando el odio a los nazis entre los que también hay alguno positivo.
La estructuración en capítulos hace que en ocasiones pierda el ritmo, que determinadas secuencias estén un poco alargadas, pero de lo que no cabe duda es que su caligrafía es clásica, que la puesta en imágenes es atractiva y que en definitiva el producto es entretenido y uno de los más ambiciosos llevados a cabo por el director de Tennessee.
Se le puede achacar que toma de aquí y de allí, de títulos precedentes que, de una manera o de otra, se puede tildar de copia o de homenaje, según se quiera ver, pero hay que recordar que aún siendo un puzzle de películas anteriores, también en mosaicos hay obras de arte.
Posee emotivas referencias a directores apreciados por Tarantino y no faltan las características habituales de su cine.
Un tanto de lo mismo se puede decir de la música, con una buena base en composiciones de Ennio Morricone ayudada por fragmentos de otros autores.
En la interpretación un Brad Pitt, siempre irónico, que no cambia su gesto, superado por el notable trabajo de un Christoph Waltz que eclipsa a todos y se convierte en protagonista, que tiene a su cargo los mejores diálogos, en una gran labor por la que ya fue premiado como mejor actor en el pasado Festival de Cannes de 2009.