Título: | RESIDENT EVIL 2: APOCALIPSIS | |
Tit. Orig.: |
RESIDENT EVIL 2: APOCALYPSE | |
Nacionalidad: | CANADÁ, INGLATERRA, 2004 | |
Dirección: | ALEXANDER WITT | |
Guión: |
PAUL W.S. ANDERSON |
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Fotografía: |
DEREK ROGERS |
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Música |
ELIA CMIRAL, JEFF DANNA, HIM |
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Interpretes: |
MILLA JOVOVICH, JARED HARRIS, ERIC MABIUS, SIENNA GUILLORY, ODED FEHR, MIKE EPPS, SANDRINE HOLT, SOPHIE VAVASSEUR, THOMAS KRETSCHMANN |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18 AÑOS | |
Duración: |
93 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Los videojuegos se han convertido en la fuente de inspiración para las actuales películas de acción ya que no son más que eso, sin apenas diálogos que es lo que buscan la mayoría de los públicos juveniles de hoy en día, a los que parece que les cuesta pensar.
En uno de ellos, creado por el japonés Yoshiki Okamoto, se basó la primera parte de este film que no tenía más interés que la novedad de sus personajes y cómo ingeniárselas para eliminar a la Reina Roja, el potente ordenador que dominaba la Corporación Umbrella.
Como recaudó 100 millones de dólares, había que hacer una secuela para ofrecer más de lo mismo.
Aquí no hay nada de eso, ya que el comienzo es un resumen del anterior y continúa la acción en el mismo lugar, cuando los personajes principales, con Alice a la cabeza, han de luchar contra el ejército de muertos vivientes, sedientos de carne humana, que ha creado el virus producido por la maléfica corporación y que ha experimentado en la población de Raccoon.
La cinta se transforma en una más de muertos vivientes, con escasa o nula imaginación, llena de persecuciones, explosiones y violencia de todo tipo, ya que no hay ni argumento.
Lo único que nos queda es disfrutar de la fría belleza de la ucraniana de 29 años que es Mila Jovovich en esta aventura dirigida sin mucho acierto, dado el desconocimiento de conducir actores de Alexander Witt, un director de segunda unidad, que debuta en la realización con este título de acción, que es lo que mejor sabe hacer, de estruendosa e insoportable banda sonora, parecida a la anterior, con un tímido apunte crítico a la investigación de armas biológicas.