Título: | LOS DOS LADOS DE LA CAMA | |
Tit. Orig.: |
LOS DOS LADOS DE LA CAMA | |
Nacionalidad: | ESPAÑA, 2005 | |
Dirección: | EMILIO MARTÍNEZ-LÁZARO | |
Guión: |
DAVID SERRANO |
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Fotografía: |
JUAN MOLINA |
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Música |
ROQUE BAÑOS |
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Interpretes: |
ERNESTO ALTERIO, GUILLERMO TOLEDO, ALBERTO SAN JUAN, MARÍA ESTEVE, LUCÍA JIMÉNEZ, VERÓNICA SÁNCHEZ, PILAR CASTRO, SECUN DE LA ROSA, JUANA ACOSTA |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18 AÑOS | |
Duración: |
112 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Hace tres años el guionista David Serrano nos ofrecía una divertida comedia con 'El otro lado de la cama' (2002), ágilmente dirigida por Emilio Martínez Lázaro, con media docena de canciones incorporadas, que podía haber funcionado igualmente sin ellas.
Los miembros de dos parejas se engañaban entre sí sin saberlo, pero permanecía entre ellos la amistad.
En esta ocasión los elementos masculinos de aquella historia permanecen, pero han pasado tres años y cambiado de novias. Javier va a casarse con Marta, una joven médico que le ha hecho perder el miedo al compromiso, y Pedro está muy enamorado de Raquel.
Pero aunque parece que han sentado la cabeza no es así y la infidelidad vuelve a aparecer nuevamente, ahora entre ellas, a lo que hay que añadir esta vez la homosexualidad.
Continuamos con la misma fórmula que tanto éxito dio a la primera con casi tres millones de espectadores y más de trece millones de euros de recaudación, aunque las canciones sean menos conocidas (no todas) y los números musicales más escasos.
La introducción de las nuevas actrices le da un aire más fresco con la incorporación de Lucía Jiménez, la sevillana Verónica Sánchez y sobre todo el descubrimiento de Pilar Castro, en el papel de Carlota, una mujer interesante, madura, inteligente y atractiva, que está realmente espléndida, la mejor de todos.
La espontaneidad de los actores a los que se les ha dado más libertad son un punto añadido que confirman su valía de comediantes enriqueciendo la película.
El guion no es muy sólido, encontrando su mejor virtud en el desarrollo del conflicto entre los personajes con la lógica de una comedia de enredos, aunque algunas situaciones resulten un poco forzadas y menos agilidad e ingenio en los diálogos.
La dirección de Martínez Lázaro resulta más funcional y no tiene a su favor el factor sorpresa que supuso la primera.
Resultan interesantes los arreglos hechos por Roque Baños sobre las canciones.