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CRITICA
Por: PACO CASADO
El género de terror se renueva y tal vez esa adaptación a los tiempos modernos es lo que le mantiene en candelero y gozar de la atención de los espectadores de hoy.
Esto es lo que ha hecho que 'Blade' (1998) se convierta en uno de los grandes éxitos de taquilla en Estados Unidos en las últimas semanas.
Blade era un personaje secundario del comic de la Marvel, La tumba de Drácula, que adquirió entidad propia y categoría de protagonista.
Antes de nacer, su madre fue mordida por un vampiro, con lo que tiene la fuerza de éstos y la otra mitad de ser humano.
Ha jurado defender a la humanidad y tiene ansiedad por vengar la muerte de su madre, por eso ataca a los que casi son como él y busca al vampiro que le quitó la vida.
Capitaneados por Deacon Frost quieren hacerse con el dominio del mundo y extirpar a la raza humana.
Es un malvado muy moderno, que dirige una discoteca, domina la informática y vive en un sofisticado apartamento dotado de la última tecnología.
Blade es un hombre de color, sabe artes marciales y ha de alimentarse constantemente con suero sanguíneo para poder sobrevivir y luchar contra estos vampiros modernos que resisten a la luz solar con cremas de alta protección y gafas de sol, como los del anuncio de una conocida marca de esos objetos.
Con estos cambios en los personajes y la introducción de los efectos especiales, el género está perdiendo el romanticismo y sus principales características.
Ya no hace falta clavar una estaca en el corazón para eliminar a un vampiro y desintegrarlo reduciéndolo a un puñado de cenizas como ocurre aquí.
David S. Goyer, guionista de 'El cuervo: ciudad de ángeles' (1996) y 'Dark City' (1998), le da a la cinta el ambiente sombrío de estos dos títulos mencionados y hace un refrito en este cómic mezclando todos los géneros que puede por lo que carece de personalidad propia.
El director británico Stephen Norrington (Máquina letal (1994)) lo dota de un rápido montaje característico del cine de hoy y una interpretación adecuada a los requerimientos de cada personaje en Wesley Snipes, Stephen Dorff o el veterano Kris Kristofferson para lograr el éxito popular que ha obtenido este film, que sería absurdo tomárselo en serio.
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