Título: |
A CIEGAS |
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Tit. Orig.:
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A CIEGAS |
Nacionalidad: |
ESPAÑA, 1997 |
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Dirección: |
DANIEL CALPARSORO |
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Guión: |
DANIEL CALPARSORO, NICOLÁS MÉNDEZ |
Fotografía: |
GONZALO BERRIDI |
Música |
MARIO DE BENITO |
Interpretes: |
NAJWA NIMRI, ALFREDO VILLA, RAMÓN BAREA, JAVIER NOGUEIRAS, ELENA IRURETA, MARIVÍ BILBAO, VÍCTOR PEÑAS |
Censura: |
AUTORIZADA PARA MAYORES DE 18 AÑOS |
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Duración: |
88 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Daniel Calparsoro, que parecía prometer con su primera película, 'Salto al vacío' (1995), nos decepcionó totalmente con su segundo film, 'Pasajes' (1996), lo que vuelve a ocurrir con la tercera cinta, 'A ciegas' (1997).
La película está más cargada de buenas intenciones que de realidades efectivas a la hora de ser plasmadas en la pantalla.
Calparsoro quiere mostrar la cara fea del terrorismo y lo mal que lo pasa una mujer que forma parte de un comando cuando decide salir de la organización.
Esta es la intención, pero la verdad es que se lo monta mal y esto hace que todo vaya dando traspiés en situaciones absurdas, mal justificadas y peor enjaretadas.
Nos da la sensación de que Calparsoro tiene la idea pero después no sabe darle forma, hacerla argumento de una manera sólida para que lo que quiere decirnos sea efectivo.
No se logra el propósito sólo con poner algunas escenas de violencia de una gran dureza que haga vomitar al espectador y bañarlas en música estridente hasta reventarnos los oídos.
Tiene que haber algo más, hay que madurar la idea.
Parece como si a la protagonista le hubiera dado un pronto a la hora de tomar su decisión, sin tener demasiado claro lo que había de hacer.
No está justificado casi nada en un film que tiene grandes lagunas y mucha confusión a la hora de ponerlo en imágenes.
No sabemos qué verían los que la seleccionaron para representar a nuestro país en el Festival de cine de Venecia, como no fueran las buenas intenciones y el tema actual del terrorismo, porque en esta cinta no hay nada más que eso. Producida por Carlos Reygada, Carlos Serrano Azcona, Jaime Rosales y Jaime Romandía, hace su ópera prima el guionista y director madrileño Carlos Serrano Azcona, que fue ayudante de dirección de Carlos Reygada en su primer largometraje, Japón.
Antes estudió Filosofía en la Universidad Complutense y dirección en la London Film School, pero poco aprovecharía el tiempo a juzgar por los resultados de su ópera prima.
A la vista de quienes son los productores, del estilo de cine que suelen hacer, de la ayudantía de dirección con el que aprendió, no es de extrañar que el cine que lleva a cabo en su primera película este individuo sea exactamente igual que el de sus próceres, con las mismas características, de aburrido, de sin sentido, de sin argumento y de sin idea de lo que es el lenguaje cinematográfico en su afán de innovar o de epatar, siempre con la cámara a mano y pegada a la nuca del protagonista que deambula por las discotecas y las calles de noche, de día o duerme en un banco, sin la más mínima elipsis de tiempo.
El protagonista se ha divorciado de su mujer pero quiere ver a sus hijas, cosa que tiene prohibido por ley y a pesar de ello se empeña en hacerlo. Ha trabajado fugazmente en la discoteca de un amigo pero es expulsado a las primeras de cambio y se vuelve a quedar en la calle sin nada que hacer. Termina acercándose a ver a su abogado que le vuelve a decir que no haga nada y acaba por querer tirarse de un puente y ahí se corta la historia, si es que a eso se le puede llamar así, que está mejor contada en estas cuatro líneas que en las insoportables imágenes de esto ya que no nos atrevemos a llamarle película.
Esta misma técnica en las cintas de Reygada es aburrida, se ve crecer la hierba, observar íntegro un amanecer o una puesta de sol, pero al menos tiene una belleza que aquí no hay por ningún lado. Y se ponga como se ponga el director y sus patrocinadores esto es anticine, anticomercial y dudamos que encuentre quien lo estrene. Pasó por el Festival de San Sebastián en una de las secciones paralelas, que es donde se ha llegado a exhibir y los pocos que la vieron salieron echando pestes.