Título: |
SE MONTÓ LA GORDA |
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Tit. Orig.:
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BRINGING DOWN THE HOUSE |
Nacionalidad: |
EE.UU., 2003 |
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Dirección: |
ADAM SHANKMAN |
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Guión: |
JASON FILARDI |
Fotografía: |
JULIO MACAT |
Música |
LALO SCHIFRIN |
Interpretes: |
STEVE MARTIN, QUEEN LATIFAH, EUGENE LEVY, JOAN PLOWRIGHT, JEAN SMART, BETTY WHITE, KIMBERLY J. BROWN, ANGUS T. JONES, MISSI PYLE |
Censura: |
AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS |
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Duración: |
104 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
La comedia americana tiene pocos temas por descubrir pero a veces nuevas interpretaciones, aunque sean de temas algo trillados, nos ponen de manifiesto cosas que tenemos ante los ojos y no las vemos.
La presente comedia parte de un abogado, recién divorciado, con dos hijos, que trata de encontrar a alguien que llene el hueco de su mujer ausente.
El chat, tan de moda, le pone en contacto con una rubia abogada, pero un error de apreciación en la foto le comunica con una gorda y negra presidiaria, fugada de la cárcel y acusada de atraco a mano armada que desea pruebe su inocencia.
A cambio le va a revolucionar la existencia y se la arreglará, poniendo en orden a su vida y su casa, haciéndole más justo en su profesión y con los demás.
Es una comedia de buenas intenciones, como no podía ser de otra manera, producida por la filial de Disney, Touchstone, en la que chocan dos mundos diferentes, la burguesía y la vida de los suburbios, pero también el entendimiento entre blancos y negros.
Dirigida por Adam Shankam buscando el gag, usando bien las cualidades de los actores y sin perder de vista el humor, logra una comedia que sin ser una novedad ha dado buenos dividendos en la taquilla americana, tal vez por la mezcla de blancos y negros que hay en el film, comenzando por los protagonistas, con un más comedido que otras veces Steve Martin y el torbellino que supone en su interpretación Queen Latifah, nominada al Oscar por 'Chicago' (2002) y varios premios más, o el respaldo de dos veteranos como Eugene Levy y la adorable Joan Plowright.
Producida por Carlos Reygada, Carlos Serrano Azcona, Jaime Rosales y Jaime Romandía, hace su ópera prima el guionista y director madrileño Carlos Serrano Azcona, que fue ayudante de dirección de Carlos Reygada en su primer largometraje, Japón.
Antes estudió Filosofía en la Universidad Complutense y dirección en la London Film School, pero poco aprovecharía el tiempo a juzgar por los resultados de su ópera prima.
A la vista de quienes son los productores, del estilo de cine que suelen hacer, de la ayudantía de dirección con el que aprendió, no es de extrañar que el cine que lleva a cabo en su primera película este individuo sea exactamente igual que el de sus próceres, con las mismas características, de aburrido, de sin sentido, de sin argumento y de sin idea de lo que es el lenguaje cinematográfico en su afán de innovar o de epatar, siempre con la cámara a mano y pegada a la nuca del protagonista que deambula por las discotecas y las calles de noche, de día o duerme en un banco, sin la más mínima elipsis de tiempo.
El protagonista se ha divorciado de su mujer pero quiere ver a sus hijas, cosa que tiene prohibido por ley y a pesar de ello se empeña en hacerlo. Ha trabajado fugazmente en la discoteca de un amigo pero es expulsado a las primeras de cambio y se vuelve a quedar en la calle sin nada que hacer. Termina acercándose a ver a su abogado que le vuelve a decir que no haga nada y acaba por querer tirarse de un puente y ahí se corta la historia, si es que a eso se le puede llamar así, que está mejor contada en estas cuatro líneas que en las insoportables imágenes de esto ya que no nos atrevemos a llamarle película.
Esta misma técnica en las cintas de Reygada es aburrida, se ve crecer la hierba, observar íntegro un amanecer o una puesta de sol, pero al menos tiene una belleza que aquí no hay por ningún lado. Y se ponga como se ponga el director y sus patrocinadores esto es anticine, anticomercial y dudamos que encuentre quien lo estrene. Pasó por el Festival de San Sebastián en una de las secciones paralelas, que es donde se ha llegado a exhibir y los pocos que la vieron salieron echando pestes.