Título: |
PLANES DE BODA |
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Tit. Orig.:
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THE WEDDING PLANNER |
Nacionalidad: |
EE.UU., 2001 |
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Dirección: |
ADAM SHANKMAN |
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Guión: |
PAMELA FALK, MICHAEL ELLIS |
Fotografía: |
JULIO MACAT |
Música |
MERVYN WARREN |
Interpretes: |
JENNIFER LOPEZ, MATTHEW McCONAUGHEY, BRIDGETTE WILSON-SAMPRAS, JUSTIN CHAMBERS, JUDY GREER, ALEX ROCCO, JOANNA GLEASON, CHARLES KIMBROUGH |
Censura: |
AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS |
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Duración: |
101 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
El tema nupcial parece seguir estando de moda en el cine, después de los éxitos de títulos como ' bodas y un funeral' (1994), 'La boda de mi mejor amigo' (1997), 'El soltero' (1999), etc.
Ahora se trata de una organizadora de bodas la que no tiene tiempo para preparar la suya porque no encuentra un novio y cuando halla uno es el hombre equivocado.
Con esta película debuta en la dirección Adam Shankman, que proviene del mundo de la coreografía y como tal no se resiste a introducir dos o tres números de baile en esta comedia romántica, con la que se estrena en este género la actriz y cantante Jennifer López, cambiando el registro de los films de acción a los que nos tenía acostumbrados: 'Asalto al tren del dinero' (1995), 'Anaconda' (1997), 'La celda' (2000), etc.
La actriz muestra ciertas actitudes a pesar de que el realizador, que no la quería como protagonista, se empeña en mostrarla poco atractiva, quitándole parte del encanto a esta producción con la que se ha pretendido hacer una comedia clásica a la vieja usanza, pero el guion resulta bastante previsible y algo soso, al no sacar más partido a las situaciones cómicas.
El novato director pierde el ritmo provocando algunos baches, lo que no es muy bueno para una comedia que se precie.
La química que surge entre la pareja protagonista, Matthew McConaughey y Jennifer Lopez, explica su éxito americano y hace más llevadera una función que podía haber sido una comedia mejor.
Producida por Carlos Reygada, Carlos Serrano Azcona, Jaime Rosales y Jaime Romandía, hace su ópera prima el guionista y director madrileño Carlos Serrano Azcona, que fue ayudante de dirección de Carlos Reygada en su primer largometraje, Japón.
Antes estudió Filosofía en la Universidad Complutense y dirección en la London Film School, pero poco aprovecharía el tiempo a juzgar por los resultados de su ópera prima.
A la vista de quienes son los productores, del estilo de cine que suelen hacer, de la ayudantía de dirección con el que aprendió, no es de extrañar que el cine que lleva a cabo en su primera película este individuo sea exactamente igual que el de sus próceres, con las mismas características, de aburrido, de sin sentido, de sin argumento y de sin idea de lo que es el lenguaje cinematográfico en su afán de innovar o de epatar, siempre con la cámara a mano y pegada a la nuca del protagonista que deambula por las discotecas y las calles de noche, de día o duerme en un banco, sin la más mínima elipsis de tiempo.
El protagonista se ha divorciado de su mujer pero quiere ver a sus hijas, cosa que tiene prohibido por ley y a pesar de ello se empeña en hacerlo. Ha trabajado fugazmente en la discoteca de un amigo pero es expulsado a las primeras de cambio y se vuelve a quedar en la calle sin nada que hacer. Termina acercándose a ver a su abogado que le vuelve a decir que no haga nada y acaba por querer tirarse de un puente y ahí se corta la historia, si es que a eso se le puede llamar así, que está mejor contada en estas cuatro líneas que en las insoportables imágenes de esto ya que no nos atrevemos a llamarle película.
Esta misma técnica en las cintas de Reygada es aburrida, se ve crecer la hierba, observar íntegro un amanecer o una puesta de sol, pero al menos tiene una belleza que aquí no hay por ningún lado. Y se ponga como se ponga el director y sus patrocinadores esto es anticine, anticomercial y dudamos que encuentre quien lo estrene. Pasó por el Festival de San Sebastián en una de las secciones paralelas, que es donde se ha llegado a exhibir y los pocos que la vieron salieron echando pestes.