Título: | EL HOMBRE SIN ROSTRO | |
Tit. Orig.: |
THE MAN WITHOUT A FACE | |
Nacionalidad: | EE.UU., 1993 | |
Dirección: | MEL GIBSON | |
Guión: | MALCOLM McRURY. Basado en la novela escrita por ISABELLE HOLLAND | |
Fotografía: | DONALD McALPINE | |
Música | JAMES HORNER | |
Interpretes: | MEL GIBSON, NICK STAHL, MARGARET WHITTON, FAY MASTERSON, GABY HOFFMAN, GEOFFREY LEWIS, GEORGE MARTIN, ATHAN PHILLIPS | |
Censura: | AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS | |
Duración: |
114 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Mel Gibson ha sorprendido a todos con su pase a la dirección, aunque no es el primer actor que lo hace, por los resultados conseguidos y por el tipo de película que ha realizado.
El actor guapo, admirado, comercial por el cine violento y duro que solía hacer, ha querido limpiar su imagen y en los últimos tiempos y de ser el Mad Max salvaje, devino en convertirse en 'Hamlet (El honor de la venganza)' (1990) o en el protagonista de 'Eternamente joven' (1992), en un tipo de papel más amable y cercano a todos los públicos.
En esta línea entronca su primer film como director e intérprete a un tiempo, 'El hombre sin rostro' (1993), una cinta que basada en la novela de Isabelle Holland parece hecha precisamente exprofeso para ello.
Mel Gibson, acorde con la última imagen, se ha ceñido a un tipo de película amable, en la que nos cuenta principalmente la historia de dos personajes traumatizados.
Por una parte un niño que tiene problemas en su casa, cuyo mayor deseo es entrar en una academia militar, pero necesita que alguien le ayude a preparar su examen de ingreso y aprobarlo.
Al ser huérfano de padre, encuentra en el hombre de rostro quemado a su amigo y compañero ideal.
Éste vive en el pueblo al borde de un acantilado, como repudiado por los demás vecinos con los que apenas se relaciona, debido a su paso por prisión al creersele culpable del trágico accidente de automóvil que le quemó medio rostro y en el que murió un niño alumno suyo.
Ambos personajes se complementan, cada uno confesará su problema y conseguirá resolverlo, como era previsible.
Pero lo interesante es la forma de desarrollar este drama, las relaciones de ambos y la solución adoptada.
Mel Gibson ha demostrado tener la suficiente sensibilidad para salir del paso de forma airosa y a veces hasta brillante, a través de una sobria dirección que mantiene el tono en todo momento a lo largo del film, cosa que muchos pensarían que no era capaz de lograr.
Correcto su trabajo también como actor y saca buen partido del pequeño Nick Stahl con quien comparte todo el peso del drama. James Horner ayuda con su melodiosa partitura a los momentos del drama y muy bella la fotografía de McAlpine.
Un film aceptable.