Título:	OPEN WINDOWS
Tit. Orig.:	OPEN WINDOWS
Nacionalidad:	ESPAÑA, EE.UU., FRANCIA, 2013
Dirección:	NACHO VIGALONDO
Guión:	DANIEL MAS, NACHO VIGALONDO
Fotografía:	JON D. DOMINGUEZ
Música	JORGE MAGAZ
Interpretes:	ELIJAH WOOD, SASHA GREY, NACHO VIGALONDO, NEIL MASKELL, IVÁN GONZÁLEZ, BRIAN ELDER, JAIME OLÍAS, SCOTT WEINBERG
Censura:	NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 12 AÑOS
Duración:	97 MINUTOS

 Por  PACO CASADO

       Nick Chambers ha ganado un concurso por la web en el que el premio es una cena íntima con su actriz favorita, en este caso Jill Goddard, la más excitante del momento, que acaba de estrenar su última película. Le piden que grave las respuestas a unas preguntas al respecto expresando sus sensaciones.
 Pero de repente una voz se cuela en su ordenador presentándose como Chord, el jefe de campaña del film, diciéndole que se ha anulado la cita con la actriz, pero le compensará con la posibilidad de seguir sus pasos y espiarla a través de su propio ordenador durante toda la noche.
 Comienza un juego en el que Nick terminará descubriendo que tan sólo es un títere, que se ve involucrado en el maníaco plan ideado por Chord, que planea un crimen, en el que corre peligro la vida de la estrella.
 Hasta ahí todo es casi normal y comprensible, aunque sea expuesto en imagen a través de un farragoso lío de pantallas simultáneas que producen mareo en el espectador y que le despista de la débil acción central.
 En su momento estupendas cintas como 'El estrangulador de Boston' (1968), de Richard Fleischer, subdividían la pantalla para ver simultáneamente la misma acción desde diversos puntos de vista que aclaraban, pero en este caso el efecto es el contrario, confunden.
 Lo que no parece tan comprensible es que el tipo que se cuela en su ordenador sea capaz de manipular todas las habitaciones del hotel y acceder a ver lo que ocurre en todas ellas y los pasillos del mismo a través de las cámaras de seguridad o que pueda seguir a un coche, etc..
 Un cóctel tecnológico en el que la creación es original pero arriesgada y realizada con una técnica novedosa, renovadora, sorprendente con un final explosivo.
 El director cántabro Nacho Vigalondo que debutó en el largometraje con 'Los cronocrímenes' (2007) y siguió con 'Extraterrestre' (2011) hace ahora con 'Open Windows' (2013) su tercer largometraje, el primero que rueda totalmente en inglés, un thriller cibernético que es un encargo, que aburre al espectador que no sea experto en informática.
 Siempre hemos dicho que los experimentos con gaseosa. No dudamos de que Vigalondo haya intentado hacer algo nuevo conjugando múltiples pantallas y puntos de vista, pero de lo que no dudamos es de que le ha salido fallido.
 Todo puede ser muy brillante técnicamente e incluso a veces hasta muy bonito y vistoso, pero lo que queremos es que se nos cuente una historia y se haga de la forma más accesible para el espectador, porque si ésta no llega al público, no ha valido para nada, porque entonces la película no existe.
 Puede que estemos equivocados y que éste sea el cine del futuro, pero de momento a nosotros personalmente no nos llega.
 Se va haciendo más incomprensible mientras más giros da a la trama, lo que hace que el espectador tire la toalla, deserte, en el último tercio de la misma con un desmesurado desenlace.
 El realizador está más pendiente de la puesta en imágenes complicadas que en la propia trama argumental, que resulta superficial, banal y caótica.
 El film reflexiona sobre los peligros de las redes sociales que nos pueden robar la privacidad sin que lo podamos impedir.
 Tras trabajar con Eugenio Mira en 'Grand Piano' (2013) y con Álex de la Iglesia en 'Los crímenes de Oxford' (2008), Elijah Wood ha vuelto al cine español una vez más, en un ingenuo personaje con constante cara de sorpresa, y en esta ocasión junto a la actriz norteamericana Sasha Grey toda una estrella del cine porno.
 Premio al mejor guion en el Festival de cine fantástico de Porto Alegre 2014. 

Información exclusiva   Tráiler   Ficha

 Producida por Carlos Reygada, Carlos Serrano Azcona, Jaime Rosales y Jaime Romandía, hace su ópera prima el guionista y director madrileño Carlos Serrano Azcona, que fue ayudante de dirección de Carlos Reygada en su primer largometraje, Japón.
Antes estudió Filosofía en la Universidad Complutense y dirección en la London Film School, pero poco aprovecharía el tiempo a juzgar por los resultados de su ópera prima.
 A la vista de quienes son los productores, del estilo de cine que suelen hacer, de la ayudantía de dirección con el que aprendió, no es de extrañar que el cine que lleva a cabo en su primera película este individuo sea exactamente igual que el de sus próceres, con las mismas características, de aburrido, de sin sentido, de sin argumento y de sin idea de lo que es el lenguaje cinematográfico en su afán de innovar o de epatar, siempre con la cámara a mano y pegada a la nuca del protagonista que deambula por las discotecas y las calles de noche, de día o duerme en un banco, sin la más mínima elipsis de tiempo.
 El protagonista se ha divorciado de su mujer pero quiere ver a sus hijas, cosa que tiene prohibido por ley y a pesar de ello se empeña en hacerlo. Ha trabajado fugazmente en la discoteca de un amigo pero es expulsado a las primeras de cambio y se vuelve a quedar en la calle sin nada que hacer. Termina acercándose a ver a su abogado que le vuelve a decir que no haga nada y acaba por querer tirarse de un puente y ahí se corta la historia, si es que a eso se le puede llamar así, que está mejor contada en estas cuatro líneas que en las insoportables imágenes de esto ya que no nos atrevemos a llamarle película.
 Esta misma técnica en las cintas de Reygada es aburrida, se ve crecer la hierba, observar íntegro un amanecer o una puesta de sol, pero al menos tiene una belleza que aquí no hay por ningún lado. Y se ponga como se ponga el director y sus patrocinadores esto es anticine, anticomercial y dudamos que encuentre quien lo estrene. Pasó por el Festival de San Sebastián en una de las secciones paralelas, que es donde se ha llegado a exhibir y los pocos que la vieron salieron echando pestes.