Título:	SEVEN
Tit. Orig.:	SEVEN
Nacionalidad:	EE.UU,, 1995
Dirección:	DAVID FINCHER
Guión:	ANDREW KEVIN WALKER
Fotografía:	DARIUSZ KHONDJI
Música	HOWARD SHORE
Interpretes:	BRAD PITT, MORGAN FREEMAN, GWYNETH PALTROW, JOHN C. McGINLEY, KEVIN SPACEY, RICHARD ROUNDTREE, HAWTHORNE JAMES, JOHN CASSINI
Censura:	NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18 AÑOS
Duración:	122 MINUTOS

 Por  PACO CASADO

    Si bien una de las fórmulas que en los últimos tiempos suele emplear el cine policiaco norteamericano es la de las parejas de policías, aquí ésta es un poco atípica, ya que se trata del veterano detective de color, solitario, a punto de jubilación y el jovencito casi sin experiencia que llega para ocupar su lugar; pero antes han de resolver juntos un complicado caso en el que un psicópata asesino se le ha ocurrido seguir los siete pecados capitales (gula, avaricia, pereza, soberbia, ira, lujuria y envidia) para llevar a cabo sus crímenes.
 La historia supone casi un desafío para el viejo policía que no tiene inconveniente en retrasar por unos días su retirada con tal de dejar resuelto el caso, que terminará de una manera realmente sorprendente e inhabitual.
 La fórmula cinematográfica no es nueva. Con anterioridad ya un asesino se había servido del calendario y otro había seguido los signos del zodíaco para sus crímenes, por citar algunos ejemplos; en algún momento nos recuerda a 'El silencio de los corderos' (1991) en la forma en que tiene el criminal de ir conduciendo a los investigadores, manejándolos a su antojo hasta el final, que es el que él decide.
 A pesar de que la fórmula esté usada, su desarrollo tiene cierta originalidad.
  El guion posee brillantez en su concepción, sin el tópico de la pareja protagonista, sin caer tampoco en la trampa de la acción por la acción, sino solamente cuando es necesaria, deteniéndose en los crímenes lo suficiente para que produzcan el impacto necesario y prefiriendo en la investigación la deducción lógica e inteligente que lleve a la resolución del caso, a los fuegos artificiales habituales en las películas de este género.
 Por su parte el realizador David Fincher, le da un cierto aspecto sombrío, con una ciudad lluviosa que recuerda a 'Blade Runner' (1982), o a su film anterior, 'Alien 3' (1992), que le va muy bien al estilo de cine elegido.
 La sobriedad y aplomo de Morgan Freeman y la juventud aportada en este caso con un más que correcto trabajo por parte de Brad Pitt, unido a la eficacia de John C. McGinley, redondean un trabajo que se ve completado por la música de Howard Shore (Oscar por El silencio de los corderos). Una cinta ciertamente interesante.
 Fue nominada al Oscar al mejor montaje y al Bafta por el guion original. Premio al mejor film y guion en Fantasporto.