Crítica... Patrimonio nacional

Título:	PATRIMONIO NACIONAL
Tit. Orig.:	PATRIMONIO NACIONAL
Nacionalidad:	ESPAÑA, 1980
Dirección:	LUIS GARCÍA BERLANGA
Guión:	LUIS GARCÍA BERLANGA, RAFAEL AZCONA
Fotografía:	CARLOS SUÁREZ
Música	Varios
Interpretes:	LUIS ESCOBAR, JOSÉ LUIS LÓPEZ VÁZQUEZ, AMPARO SOLER LEAL, LUIS CIGES, MARY SANTPERE, JOSÉ LIFANTE, JOSÉ SAZATORNIL "SAZA", ALFREDO MAYO, JOSÉ LUIS DE VILALLONGA, AGUSTÍN GONZÁLEZ, SYLIANE STELLA
Censura:	AUTORIZADA PARA MAYORES DE 16 AÑOS
Duración:	112 MINUTOS

Por PACO CASADO

      Hace unos años el extraordinario director Luis García Berlanga y el no menos estupendo guionista Rafael Azcona se unieron en esta ocasión, una vez más, para hacer La escopeta nacional (1978), la última, de momento, hecha en colaboración por ambos.
   La película fue muy bien y posiblemente el éxito obtenido es lo que haya movido a poner de nuevo en marcha a los personajes, con lo que ya tenían un camino recorrido, puesto que estaban creados y definidos y sabían andar solos por la vida.
   En ella no se trataba más que con el pretexto de una cacería, donde se había despachado a gusto, como en tanta otras en tiempos del General, donde se ponía en solfa al franquismo, se criticaban los métodos y costumbre de aquella época no tan distante, y tras la represión sufrida estaba muy presente el sexo, lo que lograron con mucha gracia y dio además muy buenos resultados en la taquilla.
   Años más tarde, muchos de los personajes que vivieron aquella aventura son resucitado y están de nuevo en esta otra historia titulada 'Patrimonio nacional' (1980).
   El hilo de la historia sigue llevado por el marqués de Leguineche que vuelve a su casa de Madrid de su destierro voluntario en su finca Los Tejaillos, tras llevarse unos años en el exilio a pocos kilómetros de la capital de España.
   Intenta entrar en su domicilio pero su mujer lo rechaza por rojo, ya que el susodicho aristócrata se creía que porque estaba instaurada de nuevo la monarquía todo el monte sería orégano, como en sus buenos tiempos, para volver a la Corte con la esperanza de participar de nuevo en la agitada vida social en torno a los reyes.
   Sus intenciones al haber cambiado el régimen, son las de volver a sus costumbres, pero ve sorprendido cómo las cosas no son como antes y hasta tal vez pudiera exclamar aquello de que cualquier tiempo pasado...
   El contraste con la vida moderna, el choque con las costumbres actuales, la libertad que se vive en contraste con el pasado, crea situaciones con las que se da pie a criticar la actualidad y crear la comicidad a cada paso, con una galería de personajes que constituyen un verdadero manicomio, como el propio marqués, su obseso hijo, la irascible tuerta, el play boy en busca de herencia, etc.
   Estas situaciones, más que una historia en sí, con un planteamiento ya de por sí absurdo y cómico, con mil detalles jocosos, son las que dan lugar a Berlanga y Azcona no ya a volver a criticar al franquismo, sino a cualquier partido político o estamento social que se precie, y no dejan títere con cabeza.
   Los hallazgos son constantes y los momentos divertidos se salpican a lo largo de las casi dos horas de la cinta.
Tras haber encontrado a estos personajes tan singulares, bien matizados y definidos hubiera sido una pena desaprovecharlos y no volverlos a usar de nuevo.
   Y aquí están, con una excelente interpretación de Luis Escobar al frente de un reparto de auténtico lujo para una película super divertida con el sello indiscutible de Azcona-Berlanga que como los buenos aficionados al cine saben es realmente inconfundible.
   Es un cine de situación más que de argumento el que practica este indiscutible dúo, al que le han tomado el aire de tal manera que saben sacarle un gran partido.
   El espectador se lo pasa muy bien con la comicidad que derrochan las imágenes a manos llenas, prietas de ingenio, sabiendo manejar a los personajes y produciendo reacciones en los distintos choque entre ellos.
   En definitiva una notable película, muy berlanguiana, aunque tampoco podemos olvidar la labor de Azcona con un gran reparto de buenos actores, muy ajustados a sus papeles, sobresaliendo la labor de Luis Escobar.
   Fotograma de plata para Luis Escobar. Premio Sant Jordi a la mejor película española