Título: |
EL PRECIO DEL PODER |
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Tit. Orig.: |
SCARFACE | |
Nacionalidad: | EE.UU., 1983 | |
Dirección: | BRIAN DE PALMA | |
Guión: |
OLIVER STONE |
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Fotografía: |
JOHN A. ALONZO |
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Música |
GIORGIO MORODER |
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Interpretes: |
AL PACINO, MICHELLE PFEIFFER, STEVEN BAUER, MARY ELIZABETH MASTRANTONIO, ROBERT LOGGIA, F. MURRAY ABRAHAM, PAUL SHENAR, HARRIS YULIN, MARK MARGOLI |
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Censura: | AUTORIZADA PARA MAYORES DE 18 AÑOS | |
Duración: |
161 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
La figura de Al Capone siempre fue atractiva para el cine.
Hay varias versiones sobre su biografía, desde la que hizo Howard Hawks, con guion de Ben Hetch, 'Scarface, el terror del hampa' (1932), hasta la de Richard Wilson, 'Al Capone 1959', pasando por 'Cara cortada' (1959), de Phil Karlson, o 'Los intocables de Eliot Ness' (1987) que haría Brian De Palma pasados los años, amén de otras que han tocado de pasada su figura.
En esta ocasión Oliver Stone, guionista de 'El expreso de medianoche' (1978) de Alan Parker, y Brian de Palma, se unieron para una nueva versión de esta historia.
En 1980 Fidel Castro expulsó de Cuba a centenares de cubanos enemigos de su régimen, pero con esos exiliados también salieron todo tipo de delincuentes y criminales.
Uno de estos fue Tony Montana, un increíble tipo, frío y sanguinario que desde que llega a Miami se propone hacerse un sitio dentro del crimen organizado de Florida.
Junto con su amigo Manny Rivera inician poco a poco su carrera delictiva y en breve tiempo y después de varios crímenes de una tremenda violencia, Tony logra ser el único distribuidor en Miami de la abundante cocaína colombiana.
Tony ya ha logrado lo que quería, pero le falta una mujer y la elegida es Elvira, la amante de Frank López, el gángster enemigo de Montana.
Esta vez la historia tiene una particularidad, que el nuevo Al Capone se llama Tony Montana, no es italiano, sino cubano, exiliado de Cuba en 1980 cuando Fidel Castro dio rienda suelta a la basura carcelaria que tenía en sus prisiones, y llega a Miami, en lugar de a Chicago, dispuesto a comerse el mundo.
Pronto entra en el ámbito del crimen, del tráfico de drogas, especialmente la cocaína, y morirá víctima de su propio tráfico. Es un Al Capone moderno, también con la cara cortada, que sigue en cierto modo las líneas del otro, pero con los trasvases lógicos a nuestros días.
El film está desequibrado, es excesivamente largo, por lo que la ascensión del protagonista se hace lenta y penosa, deteniéndose en la segunda parte en asuntos que no interesan al espectador y que sólo justifican en algún momento la excesiva violencia que se derrocha como ocurre en el gasto en decorados. Al Pacino no hace su mejor trabajo, pero está bien secundado por Michelle Pfeiffer en sus inicios, con música de Giorgio Moroder en la banda sonora, que fue nominada al Globo de oro como también lo estuvieron Al Pacino como actor principal y Steven Bauer como secundario.
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