Título: |
MATRIX RELOADED |
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Tit. Orig.: |
MATRIX RELOADED | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2002 | |
Dirección: | ANDY WACHOWSKY, LARRY WACHOWSKY | |
Guión: |
ANDY WACHOWSKY, LARRY WACHOWSKY |
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Fotografía: |
BILL POPE |
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Música |
DON DAVIS |
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Interpretes: |
KEANU REEVES, LAURENCE FISHBURNE, CARRIE ANNE-MOSS, HUGO WEAVING, JADA PINKETT SMITH, GLORIA FOSTER, MONICA BELLUCCI, LAMBERT WILSON, ANTHONY ZERBE |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
Duración: |
136 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Las trilogías tienen el inconveniente de que la parte central es la que menos dice. En la primera se plantea el tema y en la última se resuelve el problema, pero en medio si se avanza bien pero si se estanca, resulta una parte inútil, muerta.
Esto último es lo que ocurre con esta segunda entrega de 'Matrix' (1999), que no avanza, que continúa la lucha de los humanos contra las máquinas, pero sin nada nuevo, reafirmando que Neo es el elegido, el salvador del mundo, pero sin conocer nada más de esa lucha.
Esa falta de argumento se rellena a base de efectos especiales, de muchos enfrentamientos de Neo con los Agentes Smith y otros malvados que le salen al paso, con persecuciones muy alargadas innecesariamente, tan sólo en busca de una mayor espectacularidad que llega a cansar, cuando no es lanzando algún discurso filosófico intragable como resulta la entrevista de Neo con el arquitecto, que se necesita un tratado filosófico para desentrañar lo que ha querido decir en tan pocos minutos.
Y de pronto, tras soltar el sermón, la película termina de repente, porque lógicamente, algo habrá que dejar para la tercera entrega, que pensamos, a priori, que no va a aclarar mucho más esos mensajes pseudo religiosos o de filosofías orientales que se han querido introducir entre pelea y pelea de artes marciales y saltos increíbles.
Un guion farragoso nuevamente que juega a capricho con la realidad o la virtualidad de lo que estamos viendo y nunca se sabe en qué plano estamos, lo que creemos que es un auténtico error de bulto.
Todo ello nos llega envuelto en atronadora música capaz de aletargar los sentidos de los más despiertos.
Siempre hemos defendido que el cine comenzó como un espectáculo y que siga siéndolo, aunque también debe ser vehículo de cultura, pero es que el cine moderno es como las pompas de jabón que resultan muy bonitas en los breves momentos de su existencia, pero después no queda nada está vacío.
Y así ocurre con esta segunda entrega de 'Matrix' (1999), que entretiene mientras se está en la sala y después... nada.
Si eso le vale...