Título: |
EL DÍA DE MAÑANA |
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Tit. Orig.: |
THE DAY AFTER TOMORROW | |
Nacionalidad: | EE.UU., 2004 | |
Dirección: | ROLAND EMMERICH | |
Guión: |
JEFFREY NACHMANOFF, ROLAND EMMERICH |
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Fotografía: | UELI STEIGER | |
Música |
HARALD KLOSER |
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Interpretes: |
DENNIS QUAID, JAKE GYLLENHAAL, IAM HOLM, SELA WARD, EMMY ROSSUM, ARJAY SMITH, TAMLYN TOMITA, AUSTIN NICHOLS |
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Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
Duración: |
122 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Los productores parece que se han dado cuenta que aquel cine de catástrofes que tanto juego dio y beneficios produjo en los años 70, se le podía sacar más partido ahora con la utilización de los efectos especiales con los que todo es posible.
'El día de mañana' ratifica esta teoría logrando el más difícil todavía. Aunque tenga una base científica apoyada en el calentamiento de la Tierra y la posibilidad de un cambio climático que podría deteriorar el medio ambiente y consecuentemente el Planeta, lógicamente esto se ha dramatizado y lo que podía ocurrir en años aquí se sintetiza en unas semanas.
Para no hacer un simple documental se le introduce una historia humana con el sacrificio de un padre por su hijo en peligro y de la madre por salvar a un bebé. Pero las dimensiones de la catástrofe son tan grandes que el relato queda minimizado.
La historia no hace como en las películas de catástrofe de los 70 en las que se seguía un esquema tipo con varios personajes en peligro unidos por una misma circunstancia.
Aquí es la pareja de los hijos del protagonista, aunque haya un grupo alrededor que simplemente sirve de comparsa.
El guion no está equilibrado, la anécdota solo sirve de percha para colgar los muchos y admirablemente logrados efectos especiales.
En este sentido el film no engaña a nadie, ya que lo que vamos a ver es un gran espectáculo, a sentirnos partícipes de una enorme catástrofe de la que finalmente salimos todos indemnes y contentos del cine.
Posiblemente el mensaje ecologista y la crítica al Gobierno americano, que es el que más contamina, queden muy diluidos en el fondo y no sea tan eficaz como los autores pretenden, aunque logran la primera intención que es la de entretener, con una buena fotografía, espectacular música y un reparto sólido, coordinado por ese especialista en catástrofes y efectos especiales que es el alemán Roland Emmerich.
Curiosa la secuencia de la emigración de los americanos a México invirtiendo la actualidad. A lo mejor les da que pensar.
Ganó el Bafta a los mejores efectos visuales.