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NOTAS DEL DIRECTOR...
En el momento en que el público se alegró por Norman Bates cuando el coche de Marion Crane se hunde en el lago, el thriller de terror alcanzó un nuevo nivel de sofisticación. Después de ver cómo la protagonista era brutalmente asesinada en los primeros 30 minutos, al espectador no le quedó otra opción que no fuera conectar con el otro personaje que aparece en la película: el villano.
Lo que Hitchcock nos enseñó con su obra maestra Psicosis es que si quieres transmitir al espectador máxima tensión y enseñarle que las normas pueden cambiar, tienes que sacudir el relato delante de sus ojos, sacudir sus expectativas y llevarlas por un terreno donde quede claro que cualquier cosa puede pasar, a cualquier persona y en cualquier momento. El relato tiene que ser divertido, atrevido y sobre todo, subversivo.
De hecho, la subversión fue el ingrediente que me hizo enamorarme perdidamente del guion de ANIMAL DE COMPAÑÍA desde el primer momento en que lo leí. Por un lado, está ese thriller lleno de tensión, con personajes al límite y buenos diálogos, y por otro lado, había una perversa y cínica sátira bajo la superficie, un ejercicio de punto de vista donde el público puede presenciar de primera mano una brutal batalla de sexos.
De la misma manera que 'American Psycho' era una crítica a las profundidades del capitalismo, yo veo ANIMAL DE COMPAÑÍA como una mirada irónica a la crueldad de las citas entre hombres y mujeres jóvenes en la actualidad, como un cruce entre El silencio de los corderos y 500 días juntos. Una reunión con Jeremy Slater, el guionista, me confirmó este pensamiento.
Pero vayamos hacia atrás en la historia. ANIMAL DE COMPAÑÍA me llegó a través de mi agente, no como un proyecto para dirigir, sino como un ejemplo para ver qué se estaba haciendo. Tan pronto como llegué a la última página no tenía duda que tenía que ser yo quien lo llevara a cabo, pero no tenía los derechos y nadie me tenía en mente como director del proyecto.
Resulta que el proyecto lo había tenido dando vueltas MGM un montón de años.
Convencerles para que yo lo dirigiera (solo había hecho una película y unos cuantos cortos) era una locura. Así que llegué a una opción que era un poco menos locura en
comparación: compré los derechos de ANIMAL DE COMPAÑÍA y realicé una película de bajo presupuesto.
Afortunadamente fui capaz de encontrar algún dinero en España para comprar el guion y, una vez con el proyecto bajo el brazo, encontré un gran aliado en Revolver Picture Company, dirigida por Nick Phillips y Kelly Wagner, quienes creyeron en mi habilidad para llevar el proyecto a cabo y lo produjeron y financiaron.
La aventura estaba lejos de acabar, tenía dos nuevos retos. Uno fue rodar lo que anteriormente era una “película de estudio” con un presupuesto cinco veces menor y en 22 días, y la otra encontrar los actores adecuados para hacer de Seth y Holly, dos personajes extremos y complejos que necesitaban dar la sensación de ser capaces de llegar a ser más peligrosos e impredecibles aún. Así entraron Dominic Monaghan y Ksenia Solo.
Dominic estaba en el proyecto desde 2008, conocía muy bien al personaje y estaba encantado de interpretarlo finalmente. Ksenia, sin embargo, se salió en su audición, parecía conocer a Holly mejor que a ella misma.
Cuando por fin nos pusimos a trabajar, ambos actores pillaron de inmediato lo que yo quería y aportaron a la película dos increíbles actuaciones que capturan perfectamente la esencia de lo que Jeremy Slater había escrito.
ANIMAL DE COMPAÑÍA trata de la dominación y la posesión de otro ser humano, no solo física, sino también mental, y explora temas como la co-dependencia, el abuso y, más importante, cómo la presa siempre será una presa incluso cuando se las apaña para atrapar a su captor en la jaula.
Tenemos una película que toma una posición moral, cruel y sin remordimientos, lo cual lleva al espectador por una montaña rusa llena de misterios, emociones y risas nerviosas.